Ferrovial -mejor USAvial, como Iberdrola alias USAdrola y Santander alias USAnder- son tres versiones del camino de sumisión de la oligarquía -como clase dominante en España-, de una oligarquía que no es española, que ya es esencialmente extranjera, fundamentalmente estadounidense. Una clase dominante cuyo corazón se alimenta de la más profunda dependencia de la única superpotencia realmente existente -Estados Unidos- y de las demás potencias imperialistas.
Hacia Holanda, paraíso fiscal estadounidense en Europa
Ferrovial -histórica familia oligárquica en nuestro país- traslada su sede a los Países Bajos. Un oligopolio construido gracias al amparo del Estado español, y alimentado con dinero público a través de la adjudicación de infraestructuras, decide acogerse al paraguas del paraíso fiscal holandés en el seno de la Unión Europea -permitiéndose las autoridades holandesas con total descaro alardear de austeridad para atacar a España mientras legalizan el robo a nuestras arcas públicas-, porque los fondos estadounidenses accionistas relevantes de Ferrovial han decidido trasladar la sede fuera de España bajo la consigna de que España se ha convertido en un tapón, y Ferrovial tiene que cotizar en Estados Unidos.
Porque las decisiones importantes en Ferrovial ya no se toman en España, ya que pesan más los grandes fondos estadounidenses que la familia Del Pino, sus históricos fundadores. El grupo obtiene el 82% de sus ingresos fuera de España, el 90% de su capital está radicado en el extranjero, y el 93% de los accionistas internacionales residen en Estados Unidos. Y hay que incluir que entre las acciones de Ferrovial radicadas en el extranjero están las de Rafael Del Pino, su presidente, vehiculadas a través de la sociedad holandesa Rijn Capital B.V., para aprovechar las laxas exigencias fiscales de los Países Bajos a las grandes fortunas.
Pero sobre todo están en manos de grandes fondos estadounidenses como Blackrock, Lazard, Vanguard y Fidelity, representantes del corazón de Wall Street. Ellos son los que de verdad mandan en Ferrovial. Lo reconocía Rafael Del Pino en su última carta anual, donde afirmaba que su “foco de asignación de capital y cartera está en Estados Unidos”. Rafael Del Pino es la tercera fortuna más grande de España, pero ya no controla su propia compañía. Se ha enriquecido gracias a una expansión internacional posible por ir de la mano del gran capital estadounidense.
A Holanda es la que se conoce como “un país de tránsito de la inversión foránea” por sus regalos fiscales. Es una de las principales plataformas del capital estadounidense para expandirse en Europa. Y el 32,3% de los ingresos de Ferrovial se obtienen en Estados Unidos con unas muy rentables autopistas, concesiones de servicios como el agua y la construcción de la nueva terminal del aeropuerto JFK, e incluso con el futuro plan estatal de infraestructuras por valor de 1,8 billones de dólares. USAvial es la expresión de una realidad que permanece oculta: el gran capital estadounidense manda en el Ibex-35 e impone sus intereses.
Ferrovial se va con lo robado y por robar
¿Pero cuántos impuestos ha pagado Ferrovial mientras su sede fiscal ha estado en España? En 2022 cero euros. Esto es lo que abonó por sus beneficios en el impuesto de sociedades. Lo mismo sucedió en 2021. Ferrovial no paga el impuesto de sociedades desde 2020. En los últimos diez años solo lo ha hecho en tres ocasiones, en siete de esos años simplemente no pagó nada. ¿Acaso Ferrovial desapareció de España durante ese tiempo? Nada de eso. Desde junio de 2018 Ferrovial ha recibido 1.015 millones de dinero público a través de diferentes adjudicaciones en España. Si ampliamos el foco, en los últimos 32 años la cantidad recibida por Ferrovial del Estado español, que todos le hemos pagado, asciende a 8.868 millones de euros.
Y espera que siga siendo así. Ferrovial quiere hacerse con el mayor contrato adjudicado por Adif en la última década, valorado en 731 millones. Y ha presentado solicitudes para recibir hasta 5.000 millones de los fondos europeos que corresponden a España. ¿Entonces cómo es posible que apenas pague impuestos? En primer lugar, un amplio abanico de deducciones permite a Ferrovial presentar una base imponible -la cantidad por la que pagarán impuestos- muy inferior a sus beneficios, o que en algunos casos transforman artificialmente ganancias en pérdidas. Algunos inspectores de Hacienda ponen como ejemplo a Ferrovial para ilustrar cómo funciona la ingeniería fiscal y financiera para reducir al mínimo el pago de impuestos.
Además de lo robado con prácticas monopolistas
La Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC) ha multado con 203,6 millones de euros a las 6 principales constructoras de nuestro país por alterar, durante más de 25 años -desde 1992 a 2017- con prácticas monopolistas, las adjudicaciones públicas para la construcción de infraestructuras de todo tipo. La tercera por cuantía de la multa es Ferrovial Construcción y la sanción de 38,5 millones. Bien es sabido que la multa es una cantidad irrisoria en comparación con los beneficios obtenidos en todos esos años por las seis constructoras.
A pesar de que el cártel -grupo de empresas monopolistas- actuó durante un periodo de tiempo prolongadísimo y por importes descomunales, la sanción es de apenas 200 millones. En un cálculo estimado -el 33% de los beneficios de 2007 multiplicado por 25 años- las 6 empresas monopolistas deberían devolver al Estado -devolvernos- 72.500 millones. Y Ferrovial su parte alícuota. Eso sin incluir los intereses acumulados durante un cuarto de siglo. Porque eso es lo justo. Porque es un atraco continuado de dinero público. Y antes de que huyan, cuales vulgares ladrones.
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