Pilar García Elegido, productora, directora y guionista, sorprende con la publicación de su foto–libro Distancia social. Un documento gráfico sobre los meses de pandemia por las calles de Madrid. Un poema visual de quien sabe ver y mirar más allá de las apariencias. Pilar ganó el Premio Goya a Mejor Cortometraje Documental en 1999 y ha sido nominada en años posteriores con otros de sus documentales. Se acerca a nosotros, ahora, a través de la literatura.
Pilar, ¿cómo definirías Distancia social? Distancia social es un libro que plantea un viaje a través del Madrid de pandemia, a través de fotografías y textos que describen emociones personales que, a la vez, pueden ser universales.
¿Podría haber sido Distancia social un cortometraje? Distancia social podría haber sido un cortometraje porque durante 2020 y gran parte de 2021 estuve realizando videos, además de fotografías yhaciendo anotaciones de las experiencias y emociones vividas. Sin embargo, a la hora de decidir qué hacer con el material, opté por la fotografíaporque me parecía que cada imagen captaba un momento singular, que de alguna manera resumía lo que en cine tardaríamos en transmitir a través de planos. Por esta razón finalmentedecidí hacer un libro que reuniese una selección de fotografías y algunos de los textos que escribí en ese tiempo.
Más adelante, me planteo la realización de un vídeo que reúna imágenes y entrevistas sobre ese tiempo vivido, siempre como un complemento del libro, que es la pieza central.
Para quienes no te conozcan, eres directora, guionista, productora y programadora. Tu libro se enmarca en una época en donde el cine y el teatro sufrieron las consecuencias del aislamiento social. ¿Cómo viviste esta época? En primavera de 2020 tenía previsto grabar un documental “Positivo+20”, retomando al protagonista de “Positivo”, un documental que tuvo bastante repercusión en el año 2000 y que estuvo nominado a los Premios Goya. Hubo que parar esa grabación, que finalmente retomaremos este año en mayo. En el cine hubo que detener muchos rodajes, aunque pasado el momento más duro de la pandemia se retomaron algunos llevando a cabo protocolos sanitarios muy estrictos. Pero se vivió un momento lleno de creatividad y se realizaron grabaciones desde casa reflejando la pandemia, incluso series que pudimos ver en televisión.
Por otra parte, es importante señalar que la situación de confinamiento de los primeros meses, provocó que viésemos más cine y series que nunca.
¿Sabes? Pienso que crear y comercializar un foto–libro hoy en día es algo muy valiente porque la industria editorial tiende a publicar, en ocasiones, novelas cliché muy comerciales. ¿Qué dirías a favor de este proyecto? ¿Cómo defenderías su lugar en una librería o dentro de la industria editorial? Considero muy importante guardar testimonio de la realidad, para la reflexión sobre cualquier materia –en este caso la pandemia- y para el futuro. Distancia social se enmarca ahí. De alguna manera tiene un carácter de documentación de un tiempo excepcional para todos y del tema de las relaciones personales en la pandemia.
Es difícil que este tipo de libros figuren entre los más vendidos, pero son necesarios para guardar memoria de la pandemia y sus consecuencias desde el presente y para el futuro. Distancia social es singular. Muestra lo ocurrido, pero se aleja de la mera descripción para intentar buscar la belleza a través de las fotografías y los textos.
Puede parecer que este libro no lleva tanto trabajo como escribir una novela, pero me consta que la selección de fotografías, la elección de su lugar dentro del libro, así como los textos que acompañan y que todo tenga orden, sentido y concierto, tiene mucha labor, ¿verdad? La realización de las fotografías fue un proceso que duró meses y después, teniendo más de 30.000 imágenes, la selección resultó uno de los trabajos más difíciles que he realizado. Había que encontrar una estructura y unos epígrafes que mostrasen emociones universales a través de una mirada personal y elegir las fotografías en función de esos criterios. Por último, había que crear y adaptar los textos para que sumando todos los elementos Distancia social ofreciese una mirada amplia sobre la vivencia de la pandemia en Madrid.
Siento muchas cosas con Distancia social, pero una de ellas es el mensaje de que ha habido un antes y un después a esta pandemia. La palabra «distinto» me ronda. Tú mismo lo dices en la primera fotografía de Ciudad vacía, «El reencuentro tardará y cuando llegue seremos distintos». ¿Qué me puedes decir de esto? Cada una de las experiencias que afrontamos va conformando nuestra personalidad, nuestra manera de mirar el mundo. Con la pandemia hemos vivido una experiencia colectiva dolorosa, por sus consecuencias en la salud de muchos, y también inquietante respecto al futuro de nuestra sociedad. Todo esto provoca cambios personales y creo que, efectivamente, nos ha afectado y somos distintos.
Durante un tiempo hemos tenido que preservar una distancia física con los demás y esto, aunque parece pasado, ha generado cambios en las relaciones personales. Por otra parte, la pandemia ha sido un momento en el que la tecnología ha estado más presente que nunca y nos hemos acostumbrado a temas como el teletrabajo o a las reuniones por zoom, que ya estaban presentes antes, pero no con esta magnitud. Son cambios que condicionan las relaciones personales.
¿Qué otros temas estás interesada en explorar dentro del ámbito literario, Pilar? Has dejado un gran reportaje de un momento social de nuestra historia muy concreto y, también, una historia sobre ello. Ahora, ¿qué vendrá? Ahora vendrá algo distinto, un libro de relatos que probablemente se llame “Amores mínimos”. Creo que es el momento de dar voz a la escritura. Por otra parte, también me gustaría retomar algunas series fotográficas que he realizado y volver a unir escritura y fotografía, como en Distancia social. Me gustan los cruces de materias y quiero seguir trabajando en esta línea.
Si me permites preguntarte algo más técnico, ¿cómo fueron tomadas las fotografías? ¿Persiguen algún canon profesional o son espontáneas, naturales? Soy una apasionada de la fotografía de calle, que no cuenta con ninguna preparación.
Las fotografías de Distancia social han sido tomadas en largos paseos por Madrid. Ninguna de las imágenes incluidas ha sido preparada, ni ha contado con la colaboración de los protagonistas. Todas han sido tomadas según caminaba, intentando captar ese “instante decisivo” del que hablaba el gran fotógrafo Henry Cartier-Bresson.
Como cineasta, me gusta encuadrar, marcar los límites de la realidad que quiero introducir en el plano o en la fotografía. Hago varias fotografías seguidas de cada momento, intentando mejorar el encuadre inicial, pero a veces es difícil por la fugacidad de lo que ocurre. La fotografía de calle siempre es un reto. Muchas veces no llegamos a captar el momento preciso que ha llamado nuestra atención, cuando preparamos la cámara ya ha desparecido.
Me gusta tu ejemplo, tanto en tu labor audiovisual como esta nueva faceta literaria porque muestra que hay mil y una forma de expresarse. ¿Qué semejanzas encuentras entre el cine y la literatura? Escritores y cineastas somos narradores de historias. Desde el cine o desde la literatura contamos relatos imaginados o partiendo de la realidad. Tenemos la fortuna de entretener y hacer reflexionar a través de nuestros trabajos.
¿Y diferencias? El proceso de creación en cine y en la escritura son muy diferentes. Ambos se inician desde la escritura, que es un proceso solitario, pero luego el cine se convierte en una creación colectiva apoyada en la tecnología, en el que interviene la imaginación y la capacidad técnica de directores de arte, de fotografía o montadores, por citar algunos profesionales del medio. En la escritura el proceso se inicia y se concluye en soledad.
¿Dónde podemos adquirir Distancia social? De momento en las siguientes librerías: Ocho y Medio, La Fragua, Arrebato y La Librería.
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