Se puede afirmar que fue Rubén Darío, quien dignificó escribir; al recibir emolumentos por sus creaciones Poéticas o por sus escritos en Prosas, muy a pesar que los recibidos, los mismos no satisficieran lo requerido y necesario en su activa vida artística, dramática, familiar y como cantor errante.
Los editores y los periódicos eran tacaños y bien "agarrados". El Diario La Nación, sus dueños le apreciaban y cariño le profesaban.
DARÍO, estaba consciente que el esfuerzo mental invertido en la creación de un poema o de un escrito en Prosa, o en una Obra como Azul... o Prosas Profanas tenía un valor invaluable, dado la trascendencia en la historia literaria que le toco vivir. Él supo que sus obras en la historia eran un parte de aguas.
Guardando la distancia este servidor, que además de lo invertido intelectualmente es por igual consciente de las neuronas quemadas en la producción o creación de sus libros, y que para sus ediciones publicadas estas han sido bajo esfuerzo propio sin tener mecenas, salvo el de un amigo en una ocasiónde las obras que he publicado hasta la fecha; al reflexionar sobre el precio establecido de venta por ejemplar, lejos está ser un negocio.
En este país la venta de libros difícil uno recupera el monto de lo invertido, de ahí lo lejos es que sea negocio. Este país no se caracteriza por tener una cultura de lectura, de ahí que ante el deseo de mis amigos y parientes, al dar a conocer mi nuevo libro, "y desearme EXITOS", muy claro estoy que ello está: En lo que mi obra pueda promover y motivar la Cultura del leer, conociendo los aconteceres y valores históricos, así como a nuestros personajes ilustres y decentes.
El saber de la lectura, ha hecho de mi vida en gran manera vivirla, con grata felicidad. La mediocridad reside en la ignorancia.
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