El Adecco Group Institute, el centro de estudios y divulgación del Grupo Adecco, presenta hoy la cuarta edición del Anuario del Mercado de Trabajo, haciendo un repaso a los hitos más destacados de 2022 en materia de economía, empleo y salarios, entre otras variables. Todo ello desde una óptica nacional, así como una comparativa con otros países.
En España, el salario mínimo se situó en 2022 en 1.167 euros, habiendo subido un 65% desde 2016. Es un nivel similar al de Estados Unidos, pese a que el PIB per cápita del país norteamericano multiplica por 2,5 al español. En Europa hay una gran diversidad de situaciones. Desde 8 países que no tienen un salario mínimo legal hasta otros 6 en donde el mismo supera los 1.700 euros mensuales.
Este 2022, el colectivo de parados registrados tuvo una reducción significativa, por debajo de los 3 millones, lo que no sucedía desde 2008. Aun así, España suma su 14º año consecutivo como el país con mayor número de desempleados de la UE, son casi a 1 de cada 4 del total comunitario.
En 2022 se alcanzó el mayor nivel de empleo desde 2008. La tasa de empleo llegó al 51,1%. Atendiendo a la afiliación, esta alcanzó un nuevo máximo histórico por segundo año consecutivo, superando por primera vez los 20 millones de afiliaciones.
La recuperación ha sido más decidida en el caso femenino. Excluyendo el atípico 2020, ya van cuatro años en que el empleo femenino crece más deprisa que el de varones. Por eso, los 9,43 millones de mujeres trabajando son un máximo histórico, mientras que los 10,97 millones de varones ocupados resultan 1,1 millones menos que en 2007.
La Hostelería lideró la recuperación, con un incremento de un 13,4% en su número de ocupados, que le permitió volver a su nivel de afiliación de 2019. La Industria, el Comercio y el Transporte aceleraron su ritmo de incorporación de mano de obra, mientras que lo contrario ocurrió con la Construcción.
En 2022 la reforma laboral provocó que los contratos indefinidos iniciales se multiplicaran por más de cuatro, para llegar casi a 5,7 millones. Al mismo tiempo, la conversión de contratos temporales en indefinidos superó largamente el millón. Los contratos fijos-discontinuos, que eran marginales, se multiplicaron casi por 9, pasando de 262.900 a 2,3 millones.
El empleo temporal tuvo su retroceso más grande desde 2009, y la proporción de temporales en el total de asalariados bajó hasta el 21,1%, la más baja desde 1987. Aun así, la tasa de temporalidad española continúa siendo la segunda más alta de la UE.
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