El domingo 7 fue electo el nuevo consejo constitucional de Chile. Tras la derrota electoral de la carta magna elaborada por la anterior Constituyente, se necesitaba un organismo aún más amplio y democrático que el anterior. Sin embargo, ha ocurrido lo opuesto. Este nuevo consejo apenas consta de 50 miembros y solo 3 fuerzas electorales pudieron entrar. Quienes quedaron en cuarto y quinto lugar no ingresaron, pese a que el centro derechista Partido de la Gente bordeó el 5.5% de los votos válidos y que Todo por Chile, heredera de la concertación democristiana-socialdemócrata que gobernó Chile durante la mayor parte del proceso post-Pinochet, obtuvo casi el 9%.
Aunque en el último censo el 12.8% de los chilenos se declararon indígenas, a estos solo se les ha asignado 1 banca (2% de los 50 constituyentes). En las amplias mayorías hubo un sentimiento de insatisfacción ante este proceso. De 15 150 572 ciudadanos obligados a votar (so pena de multas), solo votaron 12 858 452. De estos, 2687 978 votaron nulo o blanco, lo que implica que casi 5 millones y la tercera parte de los inscritos no dio su voto a nadie.
El ultraderechista Partido Republicano salió primero con 3 468 258 votos. Pese a sobrepasar levemente el quinto del electorado, ellos consiguieron 23 concejales (2 menos de la mitad).
Unidad para Chile, la alianza oficialista de Gabriel Boric, terminó segunda con 2 800 975 votos y 16 concejales. Chile Seguro, la derecha “moderada” del expresidente Sebastián Piñera, obtuvo el tercer lugar con 2 063 907 votos y 11 concejales. Esto implica que los pro-pinochetistas superan los 2/5 de este consejo (con lo cual puede imponer su veto) y que la derecha unida traspasa los 2/3 de este organismo.
Mientras el Foro de Madrid estará festejando su primer triunfo electoral a nivel nacional, lo cierto es que se ha dado es un gran desencanto. Boric, al moderarse y conciliar con la derecha, ha desilusionado a muchas de sus bases. Los votos que obtuvo su lista son casi iguales a los nulos-blancos. .
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