Aquello de que “hay tres jueves en el año…”, se ha visto relegado a un domingo por necesidades del calendario laboral. Esta fiesta viene marcada por la comun-unión de los cristianos, que encuentra su sentido final en la celebración del día de la caridad. Creo que coincidiremos en reconocer que Cáritas es todo un ejemplo de bien hacer en la práctica del servicio a los demás. Especialmente a los más necesitados. Cáritas desarrolla su trabajo de una forma eficaz y adecuada a las diversas necesidades. Con nuestra contribución conseguimos dotarlos de los medios para realizarlo. Ellos son las manos del cuerpo de Cristo. Cada año, coincidiendo con este día, las buenas gentes de Cáritas presentan su informe anual, del que se desprende un análisis de la situación real de nuestro país. Especialmente en lo que se refiere a esa España que no vive de los cuentos de hadas de muchos programas televisivos, de los influencers o de los salvadores de la patria de todo signo. Sabemos que los estadísticos valoran especialmente las tendencias. Más que los datos fríos llenos de cifras. El informe de este año nos habla de personas atendidas de un grupo que antes considerábamos como autosuficiente. Se trata de familias que, pese a tener empleo, no llegan a fin de mes. Los cantos triunfalistas de los responsables del empleo, les consideran como personas con trabajo fijo, aparentemente felices y satisfechas. Detrás de esas familias persiste el drama del pago del alquiler, la luz, el agua o los libros para los niños. Como dice el lema de este año: “tú tienes mucho que ver. Somos oportunidad, somos esperanza”. Tienes la oportunidad de ser portador de esperanza para las cerca de 31.000 personas atendidas en nuestra ciudad a lo largo de 67,245 intervenciones realizadas. La buena noticia de hoy me la proporcionan ese montón de lugares de acogida, acompañamiento, formación y ayuda para los necesitados de las mismas. Colichet, Jesús Abandonado, el Cotolengo, Pozos Dulces, Puerta abierta, Calor y Café, casas de acogida, cursos de formación y sobre todo, las cáritas parroquiales. Una serie de realidades que atenúa el día a día de una Málaga hermosa pero con problemas. Todo ello significa ayuda y acompañamiento a mayores, mujeres y familias, niños, jóvenes, inmigrantes, personas sin hogar, personas con VHI, reclusos, exreclusos y desempleados. Todo un oasis de esperanza en un mundo bastante crispado. Las gentes de Cáritas representan las manos de Cristo. Un trabajo que nos ha encomendado a ti y a mí. ¿Cómo podemos responder? Con nuestra participación como voluntarios y nuestra aportación económica. Todos somos oportunidad, Todos somos esperanza. La labor callada, pero efectiva, de Cáritas en Málaga es la mejor noticia que hoy les puedo transmitir.
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