Cada vez que tenemos elecciones, los participantes se preparan de una manera o de otra para conseguir esos votos perdidos, que no se sabe si por desidia, por preocupación o desconocimiento, haciendo unos debates televisivos, que a mi modo de ver, sirven para entretener al personal más que para cualquier otra cosa. Las personas que focalizan su voto por ideología, van a votar sea quien sea el representante de su partido, lo haya hecho bien, mal o peor, por lo que los debates sirven para poco.
El debate de ayer entre el líder de la oposición y el presidente del gobierno, me pareció más un debate pugilístico que político. Sánchez interrumpía continuamente al adversario no dejando que se le entendiera debidamente pues cuando los moderadores le hacían alguna advertencia, proseguía por lo bajito. Feijoo intentaba rebatirle los innumerables despropósitos que estaba oyendo resultándole bastante complicado, aunque a veces lo conseguía.
En vez de plantear los proyectos que tiene para los próximos 4 años, Sánchez como de costumbre mintió descaradamente, aunque según él no miente solo cambia de opinión, hablando de lo que ha hecho en estos años de su gobierno como si fuese ambrosía lo que nos ha estado dando, claro está, eso no tiene cabida en cabeza normal, no hay más que pasearse por cualquier estamento para darse cuenta que de eso nada de nada.
Tampoco Feijoo nos aclaró cuáles van a ser los caminos a seguir para intentar poner orden en tantos desafueros que tenemos en la actualidad. En alguna ocasión tuvo que decir que él no era Abascal ni su partido era VOX pues no paraba de escuchar cosas que había dicho ese partido y su representante, “eso dígaselo usted a Abascal no a mi”. No hubo forma, tendría la consigna de dar lata hasta el aburrimiento contra VOX y Abascal que lo mareó hasta el hartazgo.
Feijoo aclaró lo que pudo de su programa en el tiempo asignado, aunque breve, porque entre otras cosas entre rebatir las afirmaciones de hace 10 o 20 años, las interrupciones continuas del adversario hablando por encima de él, hacía que el debate se presentara de manera farragosa y a veces ininteligible.
Por otro lado los moderadores, moderaron poco, pues se limitaron a decir que se estaban controlando bien los tiempos pero de las formas ni se metieron ni pensaron hacerlo. Tanto como dijeron que habían preparado el debate, la verdad, resultó vacío de contenido futuro y enmarañado en su totalidad. Ignoro las consignas recibidas por sus superiores pero demostraron una gran falta de libertad. De nuevo se demostró el poderoso caballero don dinero.
Las opiniones post debate son de todos los gustos según sean más afines de un partido o de otro, pero la realidad es que para ver ese espectáculo, no hacía falta tanta expectación.
El partido socialista actual, secuestrado por la izquierda, se ha dedicado a falta de proyecto de futuro, a desenterrar muertos y quitar condecoraciones a personas de la época de la dictadura, no se dan cuenta que la historia es como es y ha sido, que por mucho que quieran borrarla no lo pueden hacer y que el progreso de una nación es dejar el pasado tranquilo y mirar con ojos inteligentes hacia el futuro a medio y largo plazo. Para ello hacen falta personas preparadas intelectualmente, inteligentes, sin orgullos absurdos ni rencores trasnochados, políticos preparados con experiencia laboral y de gestión.
Por cierto, son varias veces que he oído a Sánchez decir que “vamos a ganar, voy a seguir siendo presidente” antes del debate, después del mismo ya sin freno. A mí esto me hace pensar que la fecha de las elecciones estaba muy pensada, mayor abstención, que beneficia a los partidos del gobierno y un gran número de votos por correo. ¿En dónde y quién custodia esos votos? El director de correos es íntimo de Sánchez. Ahí lo dejo.
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