¿Cómo hay que ser?, a mí que no me lo pregunten. Yo soy como quise ser. Nada más.
Creo firmemente en que seas como seas no debes hacer daño. Todos debemos ser respetados de la forma en que hemos decidido actuar, vestir, peinarnos, y en definitiva, andar por la vida. Me gusta viajar, es algo maravilloso, el día tres de febrero voy a Castellón, son diez horas de viaje en autobús, pero creo que merecerá la pena.
No sé que habrá allí, pero allá voy. Cuatro días para recorrerse la zona, preciosa, compensa, por eso voy, viajo por solo 180 euros. Irá mucha gente mayor, de más de 60 años, yo tengo 32, pero no me importa. Hacia allí iré toda contenta, que de los viejos se aprende más que de los jóvenes. Los de mi edad aún no tienen la cabeza suficiente como para convertirse en mis maestros. Yo tampoco les doy clases. Yo sólo quiero ir por la vida sin problemas en la mochila, sin criticar ni ser criticada. Así quiero ser y así soy.
Los días pasan, el día del viaje se acerca y mi ilusión crece, así disimularé mejor que he estado sacando unas fotocopias en el Cyber, demasiadas, lo hice para no tener que buscar dónde sacarlas. No ir a trabajar durante ese tiempo hará que se renueven y respiren un poco mis subdesarrolladas ideas. No fue un error sacar tantas copias, el error está en los que no me permiten seguir haciéndolo para ser un poco dichosa, que no, que no soy una vulgar loca. Que no lo soy. Así son las cosas, así las cuento.
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