Decisión que un ejército de opereta debería confirmar en un mal llamado Parlamento Democrático con voto de obediencia obligado.
Me niego a pensar que todos los llamados diputados, senadores o políticos de oficio, tengan el maldito “pensamiento único”, “voluntad única” y “ceguera corporativa”.
Me niego a creer que las conciencias individuales, en grupo organizado, aplaudan todo tipo de decisiones, “porque SÍ”.
Me niego a aceptar el “criterio generalizado de grupo”, por lo que supone de lavado de cerebro individual y familiar.
“Semana trágica”, en la que la vergüenza pierde su nombre, la honradez su gallardía, la inteligencia su independencia y el sentido de nación su significado.
Los que hoy llamamos nacionalistas, separatistas... secuelas de “historia” mal entendida, deberían conocer el proceso alemán de Reunificación NACIONAL, el proceso italiano de agrupación NACIONAL, y todo aquellos procesos históricos de REUNIFICACIÓN que, con los problemas reales existentes y no negados, han mejorado la convivencia social y el desarrollo económico de muchos pueblos.
Semana trágica aquella que en los despachos se decidía el futuro de toda una nación. Tragedia para un pueblo que admite la “ceguera” como un “sino” irreparable, en vez de entender que, tras ese “antifaz”, se esconde la avaricia del poder, y la élite económica regional, acompañados ambos por el silencio religioso disfrazado de prudencia.
¡¡DIOS PROTEJA A SU PUEBLO porque “Satanás” se ha hecho socio de los “poderosos, ególatras, mentirosos y amigos interesados”!!
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