El presidente interino de Brasil, Michel Temer, ha anunciado un "gobierno de salvación" para "pacificar" el país y superar las crisis económica y política, y con este objetivo ha apelado a la "armonía" entre los poderes del Estado.
Temer ha pronunciado su primer discurso como presidente interino, cargo al que ha accedido este jueves tras la decisión del Congreso de cesar temporalmente a Dilma Rousseff por irregularidades contables, durante la ceremonia de toma de posesión de sus ministros.
"A pesar del entusiasmo, entendemos el momento difícil por el que estamos pasando, por eso, este jueves no es para celebrar, sino para reflexionar", ha dicho desde el Palacio de Planalto, sede del Gobierno brasileño.
Temer ha apelado al "respeto institucional" y ha expresado su "absoluto respeto" por Rousseff. "No discuto las razones por las que ha sido apartada, pero la observancia de la liturgia en cuestiones institucionales es algo que tenemos que recuperar", ha señalado.
El nuevo jefe de Estado ha ofrecido un "ideal" de "progreso y orden" --el lema de su Gobierno-- con el que, según ha indicado, no busca la unanimidad, "porque es imposible", pero "sí una invitación al diálogo para lograr el entendimiento".
Por ello, ha definido su equipo como "un gobierno de salvación nacional" para "pacificar" Brasil. "Partidos políticos, entidades organizadas y el pueblo brasileño deben prestar su colaboración para sacar al país de esta crisis", ha instado.
El mandatario en funciones se ha mostrado consciente de que "vamos a necesitar gobernabilidad", lo que pasa por un diálogo que garantice al Gobierno "una base parlamentaria sólida". "Ejecutivo y Legislativo deben trabajar en armonía", ha afirmado.
CRECIMIENTO ECONÓMICO
Temer ha esbozado una agenda "difícil" pero que ha confiado en sacar adelante con el apoyo de la clase política, los empresarios y el pueblo brasileño porque "nadie, absolutamente nadie, tiene individualmente las mejores recetas que necesita Brasil".
La prioridad del nuevo Gabinete será "frenar la caída libre de la economía brasileña" y para ello ha propuesto profundizar la alianza público-privada que Rousseff puso en marcha en la última etapa de su mandato.
"Estos dos polos van a crear nuestra prosperidad", ha aseverado. Temer ha hecho hincapié en que "el Estado no puede hacerlo todo", sino que necesita que "el sector privado recupere su vocación natural de invertir y generar empleo y riqueza".
"Desgraciadamente, todos sabemos que Brasil aún es un país pobre, por lo que reafirmo --y lo hago con mayúsculas-- que vamos a mantener los programas sociales", ha anunciado, defendiendo que "fueron proyectos exitosos a los que se debe dar continuidad".
A este respecto, ha sostenido que ninguna de las reformas que llevará a cabo "modificará los derechos adquiridos por los brasileños". "Mi formación democrática y mi formación jurídica me obligan a que cuando hago algo lo hago cómo dice la Constitución", ha argumentado.
"DEMOCRACIA DE LA EFICIENCIA"
Temer también ha adelantado que "todos los esfuerzos del Gobierno estarán centrados en la mejora de los procesos administrativos". "La moral pública se buscará mediante mecanismos de control" que podrían suponer despidos, ha detallado.
En este punto, el presidente interino ha aludido a la 'Operación Lava Jato', en la que se investiga el cobro de sobornos a cambio de contratos públicos de Petrobras, como "ejemplo" de cómo se ha abortado cualquier intento de impedir las pesquisas judiciales.
El objetivo de Temer es lograr la "democracia de la eficiencia". "Hemos tenido un primer periodo de democracia en el que hemos disfrutado de muchos derechos, sobre todo sociales, pero la clase media ha empezado a exigir eficiencia de los servicios públicos y por eso ahora estamos en la fase de la democracia de la eficiencia", ha explicado.
FOCO INTERNACIONAL
Temer ha instado a "mirar con los ojos del presente y del futuro" para recuperar la credibilidad a nivel nacional e internacional de forma que el gigante suramericano pueda superar la crisis. "Haremos esfuerzos extraordinarios para esto", ha prometido.
Ha recordado que en agosto "Brasil estará en el centro del mundo con los Juegos Olímpicos de Ríos de Janeiro". "Los verán millones de personas y habrá miles de periodistas de todas partes y, además del deporte, la pauta estará en las condiciones políticas y económicas. No tendremos otra oportunidad igual" para demotrar "unidad", ha enfatizado.
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