Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Palabra | libertad | Espiritualidad | Religiosidad | Dios

​Libertad espiritual o sensual

El objetivo de la educación es formar personas que sepan gobernarse por sí mismas y que no sean controladas por otras
Octavi Pereña
lunes, 18 de septiembre de 2023, 10:31 h (CET)

Pienso que es una necesidad urgente que nos paremos a reflexionar sobre este texto que forma parte de la entrevista que Ima Sanchís le hizo al ensayista Amador Fernández-Sabater: “Sí, existe una disputa para atraer nuestra atención. Hoy es para la economía y la política, nuestra atención es el bien principal… La libertad es ir más allá de las opciones que hay y ser capaces de conquistar alguna cosa que no es… En primer lugar es rechazar lo que existe, no conformarnos con lo que nos viene dado, sino trascender a la búsqueda de algo que todavía no existe. La libertad no es posesiva… No es algo que ya existe y que yo deseo, es el esfuerzo de rechazar lo que existe para alcanzar otra cosa. La libertad es trasformación…haría falta ver si la libertad de escoger entre centenares de opciones de series e información es tan cómoda como se la presenta, porque después los estudios nos revelan que el ansiolítico es el fármaco más consumido”.


La pregunta que tenemos que hacernos y que es necesario darle respuesta es: ¿Qué es libertad? Amador Fernández-Sabater trata el tema desde la premisa estrictamente consumista. Considera que la libertad es ir más allá delo que ya se tiene para ir a buscar lo que no se posee. Estamos en manos del consumismo compulsivo que nos hace creer que somos libres porque escogemos cosas nuevas que se crean para que seamos felices. Sin darnos cuenta caemos en las manos del consumismo apremiante que nos lleva al ansiolítico, el fármaco más consumido. Tenemos la libertad de poder escoger entre cien y una mil novedades deseables que nos llevan a la esclavitud del consumo apremiante de pastillas de la felicidad  que en vez de hacernos felices nos destrozan emocionalmente. La verdadera felicidad no consiste entre poder escoger un objeto u otro. Entre viajar a Canadá o México. Esta libertad que disfrutamos únicamente nos permite escoger entre maneras de complacer nuestra sensualidad. Como las elecciones no satisfacen nos vemos obligados a buscar emociones más fuertes que nos colapsan emocionalmente. Es como perseguir el viento. Tan pronto cierras el puño no queda ni rastro. Es un esfuerzo insatisfactorio alimentar la sensualidad. Ello es vanidad y aflicción de espíritu. En vez de ser personas que saben gobernarse por sí mismas caemos en las manos de titiriteros que mueven los hilos a placer.


Dado que somos descendientes de Adán y herederos de su pecado estamos programados para escoger únicamente aquello que contribuye a ratificar la sensualidad. Pero el alma que forma parte de nuestra persona al ser espiritual no la cuidamos porque al ser invisible decimos que no existe. Error que no nos permite salir del callejón sin salida en que nos encontramos.


Nicodemo, que se consideraba estricto cumplidor de la Ley de Moisés que había convertido la práctica religiosa en una manera de satisfacer su sensualidad no estaba satisfecho con el resultado de su extremismo religioso. Atraído hacia Jesús porque sus enseñanzas tenían más autoridad que las de los escribas (Mateo 7: 29) y porque sus señales nadie podía hacerlas de no ser que Dios estuviese en Él (Juan 3: 2). De noche para o ser visto, fue a encontrarse con Jesús. Éste le dijo: “Si no naces de nuevo no puedes ver el reino de Dios” (Juan 3: 8). Lo que Jesús le viene a decir a Nicodemo es: Tú práctica extremista de la religión  no es nada más que gratificación sensual disfrazada de piedad.  En tanto sigas estando obsesionado con la práctica extremista se la religión eres incapaz de  ver lo que no ves: la espiritualidad genuina. Es por esto que Jesús intentando abrirle los ojos para que viese lo que no veía le dice al fariseo extremista: “De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es” (Juan 3: 5, 6).


Durante la conversación Jesús transporta a Nicodemo, al desierto cuando salidos de la esclavitud egipcia con la ayuda de la mano poderosa de Dios los israelitas peregrinaban con destino a la Tierra Prometida: “Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto” (v. 14a). A los israelitas, como era su costumbre, no les gustaban las bendiciones que recibían de Dios. Se quejaban porque querían que el Señor les bendijese a su gusto. Creían que eran más sabios que Dios. No entendían que los caminos y los pensamientos de Dios son más altos que los suyos (Isaías 55: 8, 9). En respuesta a su rabieta: “El Señor envió entre el pueblo serpientes ardientes que mordían al pueblo, y murieron muchas personas de Israel” (Números 21: 4-9). El castigo que les infligió Dios movió a los israelitas al arrepentimiento y le pidieron a Moisés que intercediese por ellos ante el Señor. Dicho y hecho. La respuesta que Moisés recibió fue: “Hazte una serpiente de bronce, y ponla sobre una asta, y cualquiera que fuese mordido y mirase a ella, vivirá”.


Jesús interpreta a Nicodemo el significado de la serpiente de bronce: “Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda más tenga vida eterna” (Juan 3: 14, 15). El nuevo nacimiento que abre los ojos a una espiritualidad genuina es el resultado de la fe en Jesús que muere en la cruz para salvación del pueblo de Dios de sus pecados (Mateo 1: 21). Que el mensaje que Nicodemo recibió de Jesús en su visita nocturna caló en su corazón se pone de manifiesto cuando en la hora de enterrar al Crucificado: “Nicodemo, el que antes había visitado a Jesús de noche, vino trayendo un compuesto de mirra y áloes, como cien libras. Y tomaron, pues el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en lienzos con especies aromáticas, según es costumbre sepultar entre los judíos.” (Juan 19: 39, 40). “Así será mi palabra que sale de mi boca, no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié” (Isaías 55: 11).

Noticias relacionadas

La vida, al menos la de siempre, se rige por temporadas y los humanos, al menos los de siempre, se ajustan a ellas y aprovechan lo que la lógica universal del planeta proporciona para avanzar, con esfuerzo, al ritmo cósmico que debería marcar la evolución. ¿Época de setas?: setas. ¿Época de fresas?: fresas. ¿Época de exámenes?: exámenes.

En estos venideros tiempos trumpistas de la superpotencia estadounidense -histérica ante su ocaso- no perdamos de vista nuestra conciencia clave, nuestra fuerza y nuestros avances. Ciertamente ellos nos atacan desalmadamente, pero así mismo es cierto que los pueblos estamos conquistando victorias en las luchas por la independencia y por la redistribución de la riqueza.

La ley establece que la actividad realizada por sindicatos, fundaciones, ONG's o asociaciones empresariales, no puede consistir en “el desarrollo de explotaciones económicas ajenas a su objeto o finalidad estatutaria”, algo que parece perfectamente lógico ya que de realizar una actividad puramente comercial no habría excusa para no liquidar los impuestos correspondientes.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto