El prefijo “biblio” tiene muchísimo más significado que el de “libro o material impreso”. Si perteneces al mundillo del libro, le habrás dado un valor añadido a este concepto en todo lo que rodea al mundo de las bibliotecas. Decir la “biblio” es someterla a un ámbito de cariño infantil por el placer de leer y escuchar cuentos y otros libros.
Para mí algo casi inmediato, por mis visitas a la majestuosa e impresionante biblioteca de mi localidad, Almagro, como pequeña lectora, solicitando libros a un señor igualmente majestuoso e impresionante, el bibliotecario Manuel Delmas, después le relevaría la sin igual escritora Manolita Espinosa y fue igualmente tan importante la labor que hizo en dicha localidad, que hasta la biblioteca tomó el propio nombre de la escritora.
En Calzada de Calatrava, otra gran bibliotecaria se alzócon el honor de un Banco Literario, por su labor en pro de los libros. Es Mercedes Alonso Díaz, con cuarenta años con su “biblio”, dinamizando al máximo las actividades del Día Nacional de las Bibliotecas, 24 de octubre, pero también en la Semana del Libro, en los veranos lectores, en los inviernos de lecturas temáticas, en las lecturas de los niños y niñasen colegios y en institutos.
Otra bibliotecaria con glamour es Teresa González Martín, profesional con solera, se agradecen sus palabras de cariño a los escritores tanto de la localidad como de los foráneos de Almagro, compartiendo mesa expositiva con ella, con su gran Club de Lectura, el que tiene desde hace veinte años puesto en marcha.
Recuerdo cuando presenté uno de mis primeros libros en el Teatro Municipal, con Antonio León y Nieves Martínez Carrión como magníficos actores, y la siempre activa y colaboradora Manolita Espinosa, entre los tres bautizaron mi primer libro de relatos “Pasos contados”. Pero ya estaba también con ellos muy cerca la bibliotecaria Teresa, en un día frío de noviembre, donde venía con la idea forjadade lo que sería, ha sido y es un gran Club de Lectura, y por sus detalles nos preguntaba ya y nos anunciaba la creación inminente de su Club de Lectura, del quehemos podido beneficiarnos de su buen hacer y de las actividades con sus miembros.
Me voy a equivocar, pero me gustaría nombrar a Alicia, a Paqui, a Conchi, a Emi, a Luis, a Sagrario, y a tantos otros que son lectores y colaboran con escritores para completar el ciclo lector, porque si bien es cierto que sin escritores y poetas no hay libros, sin lectores tampoco habría lecturas, y que nos lean es lo que más deseamos los escritores.
Podemos acordarnos de Benjamín Franklin, como inventor de la biblioteca, o de Calímaco, primer bibliotecario, o de la biblioteca más antigua de España en Salamanca, o de la primera del mundo en Egipto. Pero no es poco mover a un maravilloso grupo lector durante veinte años, enhorabuena a todos y felicidades a los lectores que por un bibliotecario o bibliotecaria se animan a leer todo tipo de libros. ¡Felicidades!
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