Oír hablar a Pedro Sánchez (digo oír, porque escuchar, creo yo, sería pecado), es como estar contemplando esas series de documentales sobre animales salvajes, cómo “aguardan inmóviles, cómo se agazapan para que no les puedan ver, cómo serpentinamente reptan, caminando en zigzag y cómo embaucan a inocentes que no ven el peligro o a “maduros” que saben que si no le aplauden es difícil sigan en sus puestos y puedan perder su acomodada vida.
Lealtad y honradez con la Constitución Española sería PREGUNTAR y SONDEAR LA OPINIÓN mediante dos preguntas realizadas por PERSONAS INDEPENDIENTES: La primera dirigida a todos los miembros de la Comunidad de Cataluña. La segunda al resto de españoles.
Eso sería lo JUSTO, lo ENCOMIABLE, lo PROPIO de un posible JEFE DE ESTADO DE TODOS LOS ESPAÑOLES...
Los de a pie, como yo, sólo nos queda esperar sentados en el umbral de nuestra casa y esperar para ver que cadáver pasa primero, si el del “aventurero soberbio” o “el del pobre e incauto votante sin poder”.
Ciertos valores REFRENDADOS por la COMUNIDAD EUROPEA, como la JUSTICIA y la IGUALDAD deberían ser, en el caso de ESPAÑA, juzgados con todo el rigor del ESPIRITU COMUNITARIO.
¿Con qué derecho mandaremos a nuestros soldados, de toda Europa, a defender esos valores fuera de nuestras fronteras, si en nuestro interior los PRINCIPIOS FUNDAMENTALES son pisoteados? ¡Va por todos los JUSTOS... sin colores... Va por TODOS ELLOS!
|