Elizabeth Moreno camina por el embarcadero de Togoromá, en el occidente colombiano. La agencia de la ONU para los refugiados la distinguió con su premio anual para la región latinoamericana, al reconocer sus méritos en la defensa de los derechos de las personas desplazadas por la violencia en su región. Imagen: Nicolo F. Rosso / Acnur
GINEBRA – La activista Elizabeth “Chava” Moreno, defensora de los derechos humanos de personas desplazadas por el conflicto armado en Colombia, es la ganadora regional del premio anual Nansen, según ha anunciado la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
Moreno “ha negociado con grupos armados y mediado en acuerdos de paz como parte de su compromiso con las comunidades afrocolombianas e indígenas en su región natal del Chocó (occidente)”, destacó el anuncio de Acnur.
El Premio Nansen se estableció en 1954 “para honrar a individuos, grupos u organizaciones que realizan una labor extraordinaria para proteger y asistir a las personas refugiadas, desplazadas internas y apátridas”, recordó Acnur.
El galardón global de este año fue para el periodista de origen somalí Abdullahi Mire, exrefugiado en Kenia y quien se ha dedicado a defender el derecho a la educación de niñas y niños refugiados, y a desarrollar el keniano Centro de Estudios para la Juventud Refugiada.
Mire “es un claro ejemplo de que las ideas que logran transformar situaciones pueden surgir de las comunidades desplazadas”, dijo Filippo Grandi, alto comisionado de la ONU para los refugiados, pues el activista de 36 años “ha demostrado ingenio y tenacidad para reforzar la calidad de la educación de la población refugiada”.
Moreno, por su parte, suma el galardón de la ONU al Premio Nacional de Derechos Humanos 2023 que ya obtuvo en su país, en la categoría de Defensora del Año, con el que organizaciones civiles reconocen “los logros y sacrificios de aquellos que han liderado diferentes iniciativas en defensa de los derechos humanos”.
Al exponer su trabajo, la activista ha dicho que Chocó (occidente ribereño del Pacífico y con numerosas comunidades afrodescendientes e indígenas) “es uno de los territorios más afectados por el conflicto armado en Colombia”.
“Aquí hemos tenido las peores masacres, desapariciones forzadas, violaciones de derechos humanos en todos los sentidos de la palabra. Creo que esa fue mi verdadera motivación, poder dar a conocer a otras personas la situación que estábamos viviendo”, dijo Moreno, de 55 años y conocida popularmente como “Chava”.
Como parte de su compromiso con las comunidades desplazadas y refugiadas a causa de la violencia armada que por décadas ha asolado la región, Moreno desafió peligros para negociar con grupos armados y mediar en acuerdos de paz.
Esa violencia tocó directamente a su puerta en 2013, con la visión de cadáveres flotando en uno de los brazos del río San Juan junto a su pueblo natal de Togoromá.
Recuerda que “los cadáveres llevaban mensajes. Estaba claro que no se podían sacar del agua y enterrarlos. Uno de los grupos armados implicados en los enfrentamientos se trasladó a la zona, y un grupo rival atacó”.
“En el caos, con personas corriendo por todas partes, había muchas balas. Era una situación que nunca habíamos visto en nuestro territorio”.
Junto con su familia y los demás habitantes del pueblo, Moreno huyó de Togoromá y aún no ha regresado a casa. Pero la experiencia la hizo más decidida a denunciar la violencia y los abusos que tienen lugar en el Chocó, y ya se ha establecido como líder local y ha sido elegida autoridad de la comunidad afrocolombiana.
Moreno es coordinadora del Foro Interétnico de Solidaridad del Chocó, que promueve el desarrollo basado en la cultura y el conocimiento étnicos, al tiempo que aborda cuestiones como el desplazamiento forzado y el confinamiento.
Trabajó para que los derechos de las comunidades étnicas se incluyeran en las conversaciones de paz de 2016 entre el gobierno colombiano y la guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc, mayoritariamente desmovilizada) y entre otros grupos armados en la zona de San Juan al menos entre 2017 y 2020.
Más recientemente, ha negociado con éxito con los grupos armados la liberación de jóvenes secuestrados en el contexto de la violencia.
Desde mediados de la década de 1980, la violencia en Colombia –de 50 millones de habitantes- ha afectado a unos 10 millones de personas, con más de 400 000 muertes y forzado a más de ocho millones a abandonar sus hogares.
Otros ganadores de los premios Nansen 2023 fueron, en Asia y el Pacífico, los narradores de la etnia rohinyá de Myanmar (con cientos de miles de desplazados en Bangladesh desde la antigua Birmania) Abdullah Habib, Sahat Zia Hero, Salim Khan y Shahida Win, quienes documentan experiencias de esas personas apátridas.
Para el Oriente Medio y Norte de áfrica la distinción fue para Asia Al-Mashreqi, fundadora y presidenta de la Fundación para el Desarrollo Sostenible, que ha ayudado a dos millones de personas afectadas por el conflicto en Yemen.
Y en Europa se premia a Lena Grochowska y Władysław Grochowski, una pareja polaca cuya cadena hotelera y fundación ofrecen refugio y capacitación a personas refugiadas, como las afectadas por el conflicto en la vecina Ucrania.
Los premios se entregarán en una ceremonia que tendrá lugar en esta ciudad suiza el 13 de diciembre, en el Foro Mundial sobre los Refugiados 2023.
A-E/HM - Fuente: IPS
|