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La depresión, un asunto mucho más serio de lo que creemos | |||
La intervención profesional es esencial, es la que debe marcar las pautas para intentar dirigir la senda de las personas afectadas | |||
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La salud mental es un tema que cada vez está más en auge, y esto es una gran noticia. Sin embargo, todavía queda mucho camino por recorrer en este asunto tan crucial, y sobre todo la sociedad debe sentar unas bases claras acerca de cuáles son las principales afecciones sobre salud mental. Las nuevas generaciones, especialmente la generación Z y en parte los “Millennials”, están sabiendo anteponer su bienestar personal a una vida más sacrificada en la que los problemas personales intentan solventarse de puertas para adentro. Esto está permitiendo una mayor visibilidad de trastornos como la ansiedad, la depresión, la incapacidad comunicativa, problemas vinculados a la alimentación y otras patologías. A su vez, la comunidad internacional también da pasos para abordar todas estas situaciones con gestos como el Día Mundial de Lucha contra la Depresión, que se celebra cada año el 13 de enero. En esta jornada se trata de poner sobre la mesa las cuestiones que verdaderamente importan, como por ejemplo, entender qué es la depresión y cómo tratarla, o sus vinculaciones con la ansiedad y otros fenómenos. Hoy queremos aprovechar la cercanía a esta jornada para acercar algunos detalles sobre este tema. ¿Qué es la depresión y cuáles son sus síntomas? La depresión, asegura la Clínica Universidad de Navarra, es un trastorno mental que se caracteriza por un bajo estado de ánimo y sentimientos de tristeza. Todo esto asociado también con a alteraciones en el comportamiento, en el nivel de actividad y en el modo de pensar. Es una afección muy frecuente en Atención Primaria y la primera causa de atención psiquiátrica y de discapacidad derivada de problemas mentales. Por lo general, aparece con más frecuencia en mujeres y en personas menores de 45 años, aunque puede afectar a cualquiera. persona. La depresión tiene una sintomatología muy variada que no es exactamente igual en cada enfermo/a. Y hacemos bien en nombrar a las personas deprimidas como enfermas porque está considerada como una patología de salud, en este caso de salud mental. De esta sintomatología variada, los signos más comunes de que algo no funciona bien son los sentimientos de tristeza, las ganas de llorar, una sensación de vacío y falta de esperanzas, enojos constantes, arrebatos de irritabilidad y frustración, pérdida de interés en actividades cotidianas, apatía, cansancio, nerviosismo, problemas físicos sin causa aparente, falta de apetito y pérdida de peso, sentimiento de culpa, incapacidad para establecer relaciones sociales… ¿Cómo ayudar a una persona deprimida? Un apunte importante y fundamental con estas situaciones es que hay que poder detectarlas de manera clara. Es una noticia esperanzadora que la salud mental tenga cada vez más peso en la sociedad. Sin embargo, no debemos frivolizar con estos problemas, ya que la depresión y la ansiedad son problemas más graves que lidiar con frustraciones personales o la sensación de no hallar un hueco en este mundo (a nivel laboral, familiar o social). Con todo esto, no cabe duda de que la depresión requiere una intervención profesional con tratamientos debidamente estudiados y que sean específicos. Pero a su vez, la solución a esta patología también está muy ligada a encontrar apoyos y refuerzo positivo en los círculos sociales más cercanos. La doctora Ana Cebrián, coordinadora del grupo de enfermedades crónicas de la Organización Mundial de Médicos de Familia (WONCA) recomienda a esas otras personas que rodean a alguien deprimido acciones como ayudarle a que se mantenga activa, dedicar tiempo para estar con ella, desarrollar una fuerte capacidad de empatía, mantener mucha paciencia y evitar las críticas y los reproches. Por supuesto, todo esto debe ir acompañado de un tratamiento por parte de profesionales. La Terapia Psicológica Positiva, de la que en el IEPP son expertos, es una buena fuente de partida para dar solución a estos vaivenes mentales. Este instituto y sus profesionales centran el foco en la psicología positiva, ofreciendo claves que permiten a esas personas descubrir cuáles son los puntos fuertes de su día a día, sus relaciones sociales y sus potencialidades y fortalezas como ser humano. Amistad y ayuda familiar, pero con criterio Es una excelente noticia que los problemas y trastornos mentales se visibilicen cada vez más, no cabe duda. Pero en esta sociedad tan acelerada caemos en el riesgo de avanzar en exceso, y calificar como depresión lo que en realidad no lo es. En este sentido, no debemos pensar que la gente que manifiesta momentos de debilidad son excesivamente quejicas ni tampoco creer que podemos ayudar a quienes verdaderamente lo pasan mal con consejos personales. La intervención profesional es esencial, es la que debe marcar las pautas para intentar dirigir la senda de las personas con depresión. Y a partir de ella será bienvenido todo el apoyo externo a través de la comprensión, la paciencia y la empatía. |
Para conocer a alguien hace falta tiempo, momentos de calidad y compartir también determinados valores, ya que las parejas se forman porque dos personas en un instante determinado se sienten atraídas y piensan que es posible que puedan ser compatibles en el tiempo.
La experiencia emocional que viven muchos padres cuando sus hijos se van del hogar, caracterizada por un sentimiento de duelo o dependencia emocional, se denomina nido vacío. A partir de ahí, podemos presenciar muchos intentos de impedir que estos niños abandonen su hogar.
La autoestima es la valoración que una persona tiene de sí misma, basada en la percepción de su propio valor y capacidades. No se trata de creerse mejor que los demás, sino de reconocer tanto las propias virtudes como las limitaciones. Es un componente esencial del bienestar emocional y de la salud mental, ya que influye en la forma en que nos relacionamos con los demás, en la toma de decisiones y en nuestra motivación para enfrentar retos.
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