El hombre es la especie que nace más desprotegida de la creación, su aprendizaje tarda años en serle útil y valerse por sí mismo también le resulta un tanto complicado. Son la familia y la sociedad las encargadas de darle todo aquello que necesita para que pueda desarrollarse de una manera completa y satisfactoria. ¿Y qué hace falta para ello? Una buena base educativa constituida por unos conocimientos morales y científicos.
La historia y sus acontecimientos son los que son y han sido, documentados adecuadamente en múltiples escritos que a través de los tiempos han sido transmitidos de generación en generación tras su estudio. Querer tergiversar o modificar los hechos históricos a conveniencia de un falso progresismo supone tal aberración y descalifican de tal manera a los que lo proponen, que no cabe en cabeza de cualquier persona medianamente culta y responsable. Hemos pasado de ser un país respetable a ser el hazmerreir de medio mundo.
La incultura, el mal hacer, la corrupción, el enriquecimiento rápido, el egoísmo patológico, el orgullo, vanidad, falta de dignidad y decoro, la sinvergonzonería ramplona y todos los adjetivos descalificativos que al lector se le ocurran, son desgraciadamente lo que demuestran los gobernantes actuales en nuestro país y otros más o menos cercanos. Están siguiendo unos ideales marxistas leninistas pero demasiado sui géneris.
El hacer leyes solamente a base de ideales ha demostrado a lo largo del tiempo que lleva a los países a la ruina y si añadimos la corrupción en todos los sentidos, tenemos lo que actualmente estamos sufriendo, más violencia machista, menos seguridad ciudadana, etc., sabiendo desgraciadamente que esto es solo la punta del iceberg. Tampoco debemos olvidarnos de la infiltración musulmana que se está extendiendo sigilosamente de forma abrumadora sin quererse adaptar a nuestra forma de vida y nuestras costumbres.
Podemos preguntarnos ¿cómo hemos llegado a tal desatino?
A mi parecer el tema está bastante claro: A raíz de nuestra endeble democracia, los sistemas educativos han ido de mal en peor, eliminándose materias tan importantes como valorar el espíritu nacional, (hemos pasado de sentirnos orgullosos de ser español a querer romper la piel de toro nuevamente en reinos de taifas), defender sus símbolos y su lengua; la ética y moral en la que se puede incluir el espíritu religioso ya que el conocimiento en su totalidad dignifica a la persona y contribuye a saber diferenciar el buen hacer de lo contrario, la verdadera historia tan importante que ha tenido nuestro país en el mundo (ninguneando y tergiversando todo el descubrimiento de América), una amplia cultura humanística de literatura y lengua española (escritura y comprensión) pudiéndose añadir las otras que coexisten en el país, al mismo tiempo que los conocimientos científicos clásicos y novedosos.
La sanidad, justicia y educación deberían ser unificadas en todo el país poniéndose de acuerdo todas las comunidades.
Los subterfugios absurdos tan de moda en este gobierno para permanecer en los cargos, retorciendo el significado de las palabras y sus conceptos, demuestran que lo único que les importa, no es el bien común de la nación, sino el bien propio de poder y economía, ya que muchos de ellos al no tener conocimientos básicos de casi nada, no podrían acceder a cualquier puesto de trabajo y mucho menos a la remuneración económica de la que disfrutan. ¿Y por qué están en el poder? Fácil contestación: A lo largo de anteriores décadas se han encargado de ir haciendo poco a poco una sociedad aborregada, sin criterios para saber discernir la verdad del engaño, abúlica y de fácil manejo, donde la subvención prima sobre el esfuerzo y la constancia, donde el conformismo prima sobre la rebeldía, donde el egocentrismo, codicia, insolidaridad priman sobre la abnegación y el altruismo, etc. Siempre se ha dicho que rectificar es de sabios, pero como en este gobierno eso no lo conocen siguen erre que erre parcheando la educación, cada vez de forma más pésima, cada región con su afán y entendimiento, sin criterios unificadores, vulgarizándolo todo.
J.H.Newman fue un presbítero anglicano del siglo XIX convertido al catolicismo y elevado a la dignidad de cardenal por el Papa León XIII en su libro “La idea de una Universidad” (colección de diversos discursos) sostiene un ideal mediante el cual todos los que están inmersos en la formación académica, deben seguir aprendiendo para conseguir formar un laicado con una buena preparación capaz de dar razón de su fe, sin arrogancia, prudente a la hora de hablar, sabiendo defender sus principios.
La ignorancia es una maldición de Dios, el saber es el ala con la cual volamos hacia el cielo (Shakespeare).
Lo contrario a la razón es también contrario a la verdad cierta e indispensable, mientras que lo superior a la razón es contrario tan solo a nuestro modo de ver las cosas (Leibniz).
Nosotros hemos pasado de una dictadura a una democracia de forma magistral, hemos tenido unos años de prosperidad, alegría, desarrollo, tranquilidad y convivencia social pero desgraciadamente nuestros hijos y nietos van a sufrir un país totalmente diferente, radicalizado y de difícil convivencia.
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