Palabras emitidas, como un eructo mental por este hombre que, para nuestra desdicha, nos gobierna.
Mire Vd., Pedro Sánchez, tampoco el terrorismo es independentismo.
Estas palabras son dos conceptos que de por si no indican nada.
Son las personas independistas o terroristas quienes son peligrosas. Los que, cuando fanáticamente, ponen en práctica estos conceptos, son violentos.
A nadie perjudica una idea, los que dañan y destruyen son los que en virtud de ese pensamiento llevan a la práctica acciones cuyos efectos causan mal a la sociedad: muerte, destrucción, daños irreparables y ruina por doquier.
Los que, en función de un concepto, como es el independentismo, promueven disturbios, que conllevan daños a las personas y objetos de propiedad pública o privada, destruyendo oficinas de empresas particulares, sedes personales, así como otros tantos males; esos son los peligrosos y temibles porque las consecuencias de sus actos pueden ocasionar muerte de inocentes, además de ruina. Esto ha de tipificarse como terrorismo, ya que el DIRAE, entre otras acepciones define así al terrorismo:
“Sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror”
Repito, las ideas no perjudican a nadie, son conceptos abstractos, lo que hace daño es su puesta en práctica.
Las tentaciones no son pecado, lo es consumarlas.
A nadie lo juzgan por sus pensamientos, creencias, lucubraciones o divagaciones. Se le juzga por transformarlas en realidad dañina.
A los que realmente hay que temer es a quienes, imbuidos en una manía obsesiva, quieren ponerla en práctica hasta sus últimas consecuencias, dándose un bledo el mal que originen.
Este Pedro Sánchez está subvirtiendo el orden constitucional. Como se considera dueño y señor de todo, ha convertido a España en su finca particular, y como no rinde cuentas de sus actuaciones a nadie, ha hecho de su capa un sayo. Solo tiene una obsesión maniática, un fin, un propósito: continuar en el poder, en un gobierno hecho a su modo y manera en el que nadie se le oponga, pues sus conmilitones solo son borregos obedientes, para seguir en el "machito", no siente vergüenza por pactar con los enemigos de España, aunque la lleven a la rutina. A él España y los españoles le importan un bledo, solo son una piedra en su camino, un estorbo que se aparta con el pie, para mantenerse gobernando, por ello no siente vergüenza cuando se desdice continuamente, pero lo peor y más peligroso es que está poniendo a España al borde de la quiebra territorial. Los independentistas catalanes lo tienen cogido por salva sea la parte y harán con él lo que quieran, de la misma manera que ha hecho EHBILDU, al que ha tenido que pagar la factura por su apoyo en el Gobierno de España, dándole la presidencia del Gobierno foral de Navarra. Todo por conseguir siete votos, después de haber pactado con toda la chusma política, enemiga de España, para no tener que dejar la Moncloa ¡Señor! Señor! ¿Qué hemos hecho los españoles para sufrir esta calamidad?
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