Conocido el dato del IPC en España, que subió un 0,1% en enero con respecto al mes anterior y elevó tres décimas su tasa interanual, hasta el 3,4%, surge la pregunta: ¿Podría influir este dato en los planes del BCE para el inicio de la bajada de tipos de interés?
Para analizar la actual situación a nivel global en lo que a inflación se refiere, y la consecuencia en otros países fuera de la Eurozona, Natixis CIB ha realizado el informe ‘La presión deflacionista de China debería ayudar a Occidente a luchar contra la inflación, pero también implica una mayor competencia de los exportadores chinos’, elaborado por el equipo de análisis liderado por Alicia García Herrero, Economista jefe para Asia Pacífico en Natixis.
El análisis pone de manifiesto cómo la deflación se ha convertido en una preocupación creciente para la economía china desde hacia finales de 2023, con el IPC y IPP descendiendo, lo que apunta a una falta de demanda en la economía china. Sin embargo, el hecho de que China sea también el mayor exportador del mundo, esta presión deflacionista también ejercerá una presión a la baja sobre la inflación fuera del país asiático. “La actual presión deflacionista de China es señal de falta de demanda en la economía nacional, pero hay otra consecuencia importante, la presión desinflacionista a escala mundial gracias a la bajada de los precios de exportación de China. Este descenso será un arma de doble filo para Occidente: por un lado, podría ayudar a combatir la inflación; pero, por otro, la competencia de los productores chinos seguirá siendo intensa”.
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