La sociedad, en términos generales, parece que ha avanzado muchísimo si la comparamos con épocas anteriores, pero lo cierto es que en algunos círculos, o incluso en determinados momentos, pudiera parecer que todavía rigen diversos criterios que siguen estando vigentes a pesar de la libertad y la amplitud de miras y pensamientos que a día de hoy están presentes.
La amistad es algo que tiene un gran valor, es tener a alguien que se preocupa por ti, que está cuando debe hacerlo y que no acapara todo tu tiempo. Una amistad es sana cuando, por ambas partes, existe igualdad y sobre todo, compromiso de lealtad. Se trata de una conexión especial que tenemos con unas personas determinadas. Es una energía que nos une a ellas. Es comunicación, complicidad y sobre todo, entendimiento. Y nadie cuestionaría esto si hablamos de dos chicas o dos chicos, pero el problema es cuando nos estamos refiriendo a un hombre y una mujer.
Existe la tendencia a pensar mal cuando vemos una amistad entre personas de diferente sexo. Damos por hecho que, no existe la amistad como tal, en esa situación. Somos mal pensados y vemos mucho más allá o inventamos algo que no existe. Cuando dos personas están unidas por algo y son amigos, da igual que sean dos hombres, dos mujeres o que sean un hombre y una mujer, porque no todo es atracción sexual, porque no todo es tan básico y sobre todo, porque lo más importante está en los valores y lo que nos aporta esa persona en la vida diaria.
Las amistades entre un hombre y una mujer pueden ser mucho más enriquecedoras que las del mismo sexo porque cada uno, tiene una manera de interpretar el mundo. Porque podemos aprender mucho de ellos o de ellas. Y cuando las cosas están claras, no existe nada que pueda hacer que esa amistad se pueda estropear por ningún tipo de atracción porque los lazos que los han unido se convierten en sangre y y porque el tiempo recorrido marca la evolución de lo que vendrá. Porque los verdaderos amigos o amigas, se transforman sin querer en un amor familiar. Queremos a nuestros amigos de tal manera que se convierten en seres especiales en donde la humildad, la sinceridad y el perdón prevalecen por encima de todo.
Es posible que surjan amistades que en un determinado momento se confundan y desvíen por otros derroteros dejándose enredar el uno por el otro, pero si así fuera, ya algo habría cambiado y eso es la inocencia y pureza que debe residir en ese afecto . Hablamos de amistad entre hombre y mujer como amistad real sin definir el físico o el atractivo, donde el cuerpo no importa y donde los celos o el interés no están presentes, porque si lo estuvieran entonces ya no sería una amistad pura.
Quizá, todos en algún momento hayamos tenido o tengamos actualmente, a un amigo o amiga de diferente sexo, pero es necesario distinguir entre los que lo son de verdad o no, es decir, entre aquellos que algún día pudieran ser un lío más, entre los que jamás habrá nada y entre los que siempre estarán teniendo claro que no existirá problema alguno que pueda romper dicho lazo. Y es que las relaciones de amistad también pasan por momentos y ninguna persona es lineal en su comportamiento por lo que, a veces, pueden existir desavenencias que ambos deben resolver y las discusiones pueden parecerse a las que podrían tener a una pareja pero es que la confianza deriva en tales actitudes.
Por lo que sí que existe la amistad entre un hombre y una mujer, siempre y cuando sea casta y no se vea a la parte contraria con otros ojos más que los de amistad. Sí que existe las relaciones amistosas cuando el trato es verdadero y sincero sin ningún tipo de motivación o fin sexual. Sí que existe la amistad cuando los dos tienen las cosas claras. Y sí que existe la amistad, a pesar de que muchos sean los ojos de los que opinan que es difícil mantener eso en el tiempo sin que alguna de las partes se confunda. Pero lo más seguro es que sean esas personas, las que opinan de mala manera, las que no podrían tener dichos vínculos amistosos porque ellos no serían capaces de crear un lazo de unión tan fuerte con una persona de diferente sexo porque acabarían desorientándose al no haber establecido unas bases auténticas que van conformando los pilares de lo que significa la palabra “amistad” donde da igual que la otra persona sea hombre o sea mujer porque lo que de verdad importa es lo que nos aporta.
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