Seamos sinceros, cuando las nubes oculten el sol, digamos: EL CIELO ESTÁ NUBLADO.
Si en el centro de lo que llamamos “Sede Nacional de la Democracia”, oímos voces disonantes, palabras repletas de recelo, insultos callejeros e historias negras inventadas, digamos: EL CIELO ESTÁ NUBLADO.
Cuando los conciertos son multitudinarios, cuando los fines de semana la diversión natural es generalizada, cuando las tabernas no se vacían, los restaurantes están con lista de espera, los campos de futbol se llenan de forofos, cuando los museos son cada vez más selectivos, cuando el estudio y conocimiento de la música está en declive, cuando hablamos del pasado porque no encontramos un presente que nos llene, algo pasa, sí, EL CIELO ESTÁ NUEBLADO.
Si los DIOSES han ido desapareciendo de la vida común de la humanidad, por culpa de una naturaleza destrozada, de un pastores adormilados y de unos creyentes apoquinados, entonces digamos: HAY TORMENTA.
Si el SOL se oculta, si la DEMOCRACIA se insulta, si la VIDA DIARIA es un engaño, si cerramos las puertas al ESPÍRITU..., entonces veremos aparecer los HURACANES. veremos VOLAR LAS ILUSIONES y al volver la vista sólo sabremos LLORAR... y gritar:
¡QUÉ TORMENTA TAN HORROROSA!
¡SE VEÍA VENIR!
No es necesario que nos encerremos a reflexionar...,
Basta madrugar, observar y, ahora, en España, REFLEXIONAR y VIGILAR... para no repetir el curso, que ya conocimos en el 36.
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