El problema catalán lleva ya demasiado tiempo enquistado, y eso es una pésima noticia. Desde el sector secesionista se quejan de las casi nulas aportaciones del Estado a su utópica e irrisoria República catalana: ¿qué más quieren los estafadores y golpistas independentistas catalanes? Por otra parte, ¿se acuerdan de la parábola de la Biblia del hijo pródigo? Aquel hijo que se marchó de casa con un buen dinero, que lo malgastó y luego regresó a casa del padre, que lo acogió de nuevo con los brazos abiertos.
El “hijo pródigo” Puigdemont, al contrario que en la parábola de la Biblia, no será bien recibido por más de la mitad de los catalanes cuando con la aplicación de la anticonstitucional, ilegítima y aberrante “ley de amnistía” vuelva a Cataluña.
Para muchos catalanes, y también de su sector “indepe”, ha actuado con cobardía y traición; otra gran mayoría seguirá preguntándose siempre quién sufragó los gastos de su fuga como delincuente, y su estancia en Waterloo (Bélgica) y en otros muchos lugares de Europa. La respuesta es muy sencilla : los catalanes “indepes” y los catalanes constitucionalistas. Conclusión : Catalunya tiene un personaje como Carles Puigdemont que vive del cuento, es decir, un “vividor”.
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