El número de divorcios en España ha aumentado más de un 5% desde la pandemia hasta superar los 81.000. Un crecimiento que tiene consecuencias, entre otros, en el sector inmobiliario.
Una problemática que aumenta en un momento donde el acceso a la vivienda es tema candente en todas las ciudades. Sobre todo teniendo en cuenta que el 45% de estos divorcios no tienen hijos de por medio y que la edad media es de unos 47 años, por lo que existe una alta probabilidad de que haya una vivienda comprada.
Los procesos de divorcio en España venían cayendo desde el 2012, cuando se tramitaron más de 104.400 divorcios en toda España. En 2020 las cifras se redujeron notablemente hasta los 77.200, según los datos del INE analizados por el departamento analítico de Inmobiliarias Encuentro. En 2022 los datos volvieron a aumentar hasta los casi 87.000, en gran parte por el parón de la pandemia. Y, aunque con descenso, en 2022 se certificaron más de 81.300 divorcios en toda España.
Esto supone un crecimiento del 5,31% en la última década, justo cuando más se está complicando el acceso a la vivienda. Aunque no es determinante, los expertos del sector ponen también el foco en cómo se puede relajar la tensión y facilitar la puesta en mercado de estas propiedades en conflicto mediante la simplificación de procesos de divorcio con una vivienda de por medio. “Son situaciones de mucha tensión que en ocasiones se demora simplemente por cuestiones sentimentales o emocionales”, indica Alan Hernández, CEO de Inmobiliarias Encuentro. “Si el proceso de divorcio se lleva a cabo de mutuo acuerdo produce una liberalización y puesta a la venta de la vivienda más rápido, o la posibilidad de que uno de los cónyuges pueda proceder a alquilar o comprar una nueva propiedad”, subraya.
Pero, a la hora de vender una vivienda, un divorcio puede convertir el trámite en algo muy complejo para la pareja. El primer paso es conocer la situación de la pareja, si se encuentran en una posición de bienes gananciales o si tienen separación de bienes. Es en el primer caso en el que más dificultades puede haber, pues la vivienda pertenece a ambos integrantes de la pareja al 50%. Además habrá de tenerse en cuenta que “puede haber una situación de conflicto en la pareja, rencillas, tensiones, indecisiones, falta de información de los trámites, abogados con intereses propios, falta de capital para afrontar una nueva compra, un alquiler o un alquiler con opción a compra por uno de los cónyuges”.
Si los dos miembros de la pareja quieren vender, el proceso suele ser más sencillo, aunque también tiene varias aristas. “Es muy habitual que no se pongan de acuerdo en el precio de venta, que se complique el tema del papeleo, o se dilaten las gestiones que implican vender una vivienda…”, explica el directivo de Encuentro. “Por todo ello, hay que tener una especialización en estos temas para no complicar aún más la posible venta de la propiedad y que ésta no añada una situación de mayor tensión en la pareja, y sobre todo si tienen hijos”, subraya.
Según indican desde Inmobiliarias Encuentro, en esos casos sus asesores tienen la especialización y experiencia necesaria para afrontar las complicaciones que la delicada situación provoca. Hay que contar tanto con el factor económico como con el emocional de los clientes. Especialmente si se quiere liberar cuanto antes la vivienda y cerrar un acuerdo de venta en beneficio de ambos.
El otro escenario posible es que uno de los dos se quiera quedar la vivienda, por lo que debe abonar el 50% del valor del inmueble a la otra parte para adquirir la titularidad total. “En el mercado se puede ver muchas circunstancias y todas muy distintas, pero si hay buenas intenciones por ambas partes solo quedan cuestiones técnicas; eso es lo que procuramos”, destaca Hernández.
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