Lejos de la imagen de chico duro, Omar Montes es pura sensibilidad. Así lo percibieron los cientos de personas que ayer se aglutinaron en el entorno del Nuevo Museo Minero de La Unión para recibir a uno de los artistas del momento, que llegaba por primera vez al municipio para recoger la máxima distinción institucional que otorga el Festival Internacional del Cante de las Minas a aquellos que contribuyen a la defensa y difusión del flamenco: el ‘Castillete de Oro’.
Abrumado contaba que se trata del primer premio que recibe en su carrera. Un premio soñado que hizo que fuera uno de los momentos más importantes de su vida. “Nunca hubiera imaginado este premio y se me pone la piel de gallina”, afirmaba con esa sinceridad y autenticidad que le caracteriza. La misma con la que recibió a los medios de comunicación y con la que llegó al lugar donde mantendría una tertulia con el periodista Juan Ramón Lucas, no sin antes salir del coche y saludar amablemente a todos sus fans.
Omar, que dice que siempre está de broma, se puso serio y dejo salir cierto nerviosismo ante Lucas, mostrándole su admiración, consiguiendo una atmósfera propia de una conversación entre amigos que se respetan. Ahí, repasó aquel momento en el que grabó su primera canción gracias a un ordenador que encontró en la basura con su amigo Moncho, o cómo sus ganas de salir del entorno en el que se crió le llevaron soñar a lo grande, trabajando con constancia y luchando por su sueño, que era cantar, a pesar de que su entorno no secundaba un objetivo tan ambicioso. “Remábamos contra la corriente, luchando por un sueño que solo veíamos nosotros. Pero no me dejé llevar por toda esa gente, porque si les haces caso es cuando acabas mal. Tienes que creer en ti porque Dios te ha dado un propósito y lo tienes en la cabeza. No puedes rendirte” contaba. Por eso animó a los asistentes a que vayan “siempre a por el máximo” en cada cosa que hagan.
“Trato de hacer música comercial aplicada al flamenco”
Omar Montes tiene el flamenco dentro desde la cuna. Señala que es una forma de vida con la que se nace. Por eso, ante una “cruda y triste realidad de que el flamenco se está perdiendo” ante el reggaetón, el trap u otras músicas, lo tiene claro: “Lo que trato de hacer, ya que tengo un altavoz de 10 millones de personas que me escuchan todos los meses, es hacer música comercial aplicada al flamenco”. De ahí salió la ‘llama del amor’ o ‘la sevillana’, que ha hecho que por primera vez este género suene en las discotecas.
“Intento que el flamenco, que es una música un poco más oscura, hacerla mainstream metiéndole melodías más agradables para que la escuchen los chavales de 15 años, con palabras urbanas más amables y contando una historia para que estén enganchados”, contaba. Ya sabe que a los más jóvenes les encanta, pero quiere que también se entienda desde el flamenco más purista, que los grandes del género no le vean como enemigo sino como un aliado para que el flamenco no se pierda. “Quiero aportar mi granito de arena para que el flamenco no desaparezca”, añade.
Recogiendo el ‘Castillete de Oro’ recalcó que todo lo que hace, lo hace de corazón. “Esto es un momento muy grande para mí y el presidente de la Fundación Cante de las Minas me ha hecho muy feliz”, dijo. “Estamos convencidos de que Omar es un digno merecedor del premio, porque es el puente entre la música de los más jóvenes con el flamenco de toda la vida, haciendo que mucha gente joven escuche flamenco y eso tiene mucho mérito”, concluyó Joaquín Zapata, presidente de la Fundación.
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