Siempre lo he querido hacer y el fin de semana pasado se presentó la ocasión. Un amigo me dejó en Senegüé (Huesca) y después de tomar un café en el bar Casbas, empecé a caminar. Por la pasarela crucé el Gállego hasta Lárrede y subiendo a la Torre del Moro, llegué a Susín. Allí me encontré a las fuerzas vivas de la Asociación Mallau-Amigos de Susín. Tomando unas cervezas con ellos, les comuniqué lo que pretendía hacer. Enrique Satué, una autoridad en materia de andadas por la zona, me dio algunos consejos que me sirvieron de mucho. Subí por la pista hacia Ainielle. Cogí un atajo que sube directamente a Ainielle. De allí subí hasta la pista que viene del Alto de Basarán y tiré a la izquierda. A unos 500 m cogí la GR 15 que asciende hasta un punto geodésico. Allí perdí el sendero pues la vegetación se lo había tragado. Después de dar varias vueltas, conseguí dar con él. Desde allí hasta Otal, me imagino que, a consecuencia de la Filomena, el sendero estaba repleto de árboles rotos y secos. Por ese motivo, lo que en principio eran 2 horas, se convirtieron en 4 con el consiguiente agotamiento por mi parte. Quería pasar por Escartín (por Matils), pero como había que subir mucho, decidí bajar por el barranco de Otal hasta Bergua. Allí dormí en mi saco frente a las pasarelas del río Forcos. Al día siguiente subí a Basarán y bajé hacia Oliván por la pista. Comí en el merendero junto al Gállego, me bañé y me eché un reparador sueño bajo un pino. A las 18:00 bajó mi amigo de Sallent de Gállego y me fui con él hacia Zaragoza. Como la GR 15 pasa por Otal y Ainielle, aconsejo a quien corresponda que vayan a cortar los árboles que obstaculizan el sendero. Dado que, en el caso de que este invierno vuelvan a caer árboles debido a las nevadas, no habrá quién pase por allí.
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