El Papa, durante el desarrollo de la cumbre del G7, hace aproximadamente un mes, animó a los líderes de las principales naciones de Occidente a movilizar a las diversas naciones y ramas del saber para hacer frente al reto, pero lo que latía sobre todo en sus palabras es la urgencia de recuperar el sentido de grandeza de lo humano. Quizá en el futuro la amenaza provenga de siniestros robots. Hoy en día, sin embargo, el camino más probable hacia un escenario así es la renuncia insensata del hombre a tomar sus propias decisiones con plena consciencia, sentido ético y responsabilidad.
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