Las diversas civilizaciones que han configurado la historia, siempre han sido dirigidas y estructuradas por cimentaciones formadas por las diversas clases de PODER: el capital, la religión y el militar.
El dinero, sin color, coloca sus puntos estratégicos.
La religión, reutilizada y refundada según las situaciones concretas.
El militar, cinturón protector interesado, de los otros pilares.
Estas tres estructuras, solamente han sido resquebrajadas por esas personas conocidas como héroes, santos y comprometidos. Todas los demás hemos vivido en el limbo, sembrando para comer y pagar los diezmos que las tres famosas jerarquías decidieran.
Las múltiples épocas que conforman la historia se han ido sucediendo, dejando tras sí una mayoría silenciosa, sin conocimientos.
Las épocas variaron porque los días y los años no terminaban hasta que el poder decidiera. Hoy, las sociedades evolucionan a tal velocidad que las familias terminan sin comprender la vida de sus integrantes.
Mañana, la Inteligencia Artificial conformará un mundo auto revolucionado, sin capacidad intelectual individual y con una limitada realidad conocida por ciertos expertos... los demás seremos simples obreros sin nombre, parte embellecedora de un mosaico que no seremos capaces de entender.
La mayoría nacimos entroncados en una FE, recibida a través de los padres y padrinos. Hoy, esa FE, que debería ser, ya, personal, es renegada por muchos y en otro gran grupo la DUDA aparece como guía intelectual.
La FE, sin embargo, siempre ha sido la motivación esencial que conseguía dar serenidad a la vida con todas sus circunstancias y al mismo tiempo ayudaba a justificar y aceptar lo negativo que invadía lentamente el día a día de cada persona y sociedad.
Perdida la FE por la invasión de la Inteligencia Artificial, sólo la visión y aceptación del misterio de la CREACIÓN serán capaces de dar sentido a todo lo humano y natural.
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