Un atestado cruce vial enrarece el aire en Nueva Delhi, una de las capitales más contaminadas del mundo. Nueve de cada 10 personas en el planeta respiran un aire de mala calidad, sobre todo en las ciudades, según la Organización Meteorológica Mundial. Imagen: Subrata Biswas / Greenpeace
GINEBRA – El cambio climático, los incendios forestales y la contaminación del aire siguen teniendo “un impacto negativo creciente sobre la salud, los ecosistemas y la agricultura”, con millones de muertes atribuidas al aire sucio, según se señala en un informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
“Casi todos los habitantes de la Tierra, nueve de cada 10 personas, respiran un aire que, en esencia, no es apto para su uso, contiene un alto nivel de contaminantes, y son los países de ingresos bajos y medios los más afectados”, dijo Lorenzo Labrador, oficial científico de la OMM.
Según Labrador “la contaminación del aire ambiental, procedente sobre todo de los vehículos y de la industria, causa más de 4,5 millones de muertes prematuras al año”.
Esa cifra “supera las muertes causadas por la malaria y el VIH/sida juntas, por lo que la contaminación del aire es el mayor riesgo ambiental de nuestro tiempo. No solo para la salud en sí misma, sino que también exacerba el cambio climático”, agregó.
El boletín de la OMM destacó que las especies químicas que degradan la calidad del aire se emiten, por lo general, junto con gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento planetario. La mala calidad del aire, a su vez, altera la salud de los ecosistemas, dado que los contaminantes atmosféricos se depositan sobre la superficie terrestre. La deposición de nitrógeno, azufre y ozono deteriora los servicios provistos por los ecosistemas, como el agua limpia, la biodiversidad y el almacenamiento de carbono.
“El cambio climático y la calidad del aire no pueden tratarse por separado. Van de la mano y deben abordarse conjuntamente. Reconocer esta interrelación y actuar en consecuencia llevaría beneficios para la salud del planeta, sus habitantes y nuestras economías”, dijo la secretaria general adjunta de la OMM, Ko Barrett.
Aunque los datos que nutren el boletín sobre calidad del aire y clima corresponden a 2023, “en los ocho primeros meses de 2024 se han mantenido las tendencias observadas el año anterior: calor intenso y sequías persistentes que han avivado el riesgo de incendios forestales y contaminación atmosférica”, indicó Barrett.
Los períodos de calor intenso observados en lo que va de año, más las sequías persistentes en todo el mundo, aumentan el riesgo de incendios forestales y contaminación del aire.
El reporte expone que la inhalación de materia particulada con un diámetro de 2,5 micrómetros (milésimos de milímetro), o menos, constituye un grave peligro para la salud, en especial si se prolonga durante largos períodos.
Entre las fuentes de esas diminutas y dañinas partículas destacan las emisiones procedentes de la quema de combustibles fósiles, los incendios forestales y el polvo del desierto levantado por el viento.
El informe menciona que el año pasado batió récords la superficie de tierra quemada por incendios forestales en Canadá, por ejemplo, con mayor emisión de partículas incluso que los incendios en Siberia (Rusia) el año 2021.
Entre las enfermedades prevenibles que causa el aire contaminado están los accidentes cerebrovasculares, las enfermedades cardíacas, el cáncer de pulmón y las enfermedades respiratorias agudas, incluido el asma.
Según el informe se observa “una tendencia a una menor contaminación en Europa y China”, en comparación con América del Norte y la India, donde hubo aumento en las emisiones contaminantes provenientes de actividades humanas e industriales.
Otro aspecto subrayado por Labrador es que “las partículas en suspensión pueden afectar la productividad de los cultivos”, incluidos el maíz, el arroz y el trigo.
“Mucha de esta contaminación por partículas en suspensión que afecta el rendimiento de los cultivos se debe a prácticas humanas, que incluyen las de uso de la tierra en la labranza y la cosecha. También la aplicación de fertilizantes y la quema de rastrojos al final de la temporada de crecimiento”, observó.
Según datos recabados de experimentos en India y China, la materia particulada puede menguar el rendimiento de los cultivos hasta en 15 % en zonas contaminadas.
Esa materia en el aire reduce la cantidad de luz solar que llega a la superficie de las hojas y bloquea físicamente los estomas de las hojas, que regulan el intercambio de vapor de agua y dióxido de carbono con la atmósfera.
El boletín se presentó de modo previo al Día del Aire Limpio para Cielos Azules de este año, el 7 de septiembre, con llamados de la OMM a los gobiernos para proteger la salud, el medio ambiente y la economía ante la contaminación del aire.
Los países y sus ciudades “tienen que reconocer primero que existe un problema de calidad del aire y que hay suficientes datos para reconocer que se trata de un problema mundial, en particular en las zonas urbanas”, concluyó Labrador.
A-E/HM - Fuente: IPS
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