Un equipo ucraniano remueve restos de un cohete que contenía municiones en racimo lanzadas por fuerzas rusas. Human Rights Watch pide que más países se unan a la convención que proscribe el empleo, almacenamiento y transporte de ese tipo de bombas y cuyas víctimas suelen ser, en su mayoría, civiles. Imagen LRT
NUEVA YORK – Las fuerzas armadas de Rusia y Ucrania, así como las de Myanmar y Siria, han utilizado este año municiones en racimo en sus combates, a pesar de la campaña internacional para la proscripción y eliminación de estas armas, según se confirma en un informe emitido esta semana por la organización Human Rights Watch (HRW).
Rusia ha usado sobre Ucrania existencias de antiguas municiones en racimo y también las emplearon fuerzas ucranianas, a lo largo de 2023 y hasta julio de 2024, de acuerdo con el reporte de la organización de derechos humanos.
Entre julio de 2023 y abril de 2024, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aprobó cinco transferencias a Ucrania de municiones en racimo estadounidenses lanzadas por misiles balísticos y proyectiles de artillería de 155 milímetros.
Ninguno de esos países es parte en la Convención sobre Municiones en Racimo, que cuenta con 112 miembros.
No ha habido denuncias ni señalamientos confirmados de nuevo uso, producción o transferencia de municiones en racimo por ninguno de los Estados parte desde que se adoptó la convención en Dublín, el 30 de mayo de 2008.
Pero los nuevos usos y transferencias por parte de Estados que no han firmado la convención ponen a prueba las normas y la universalidad de ese pacto.
Un informe de julio de 2024 muestra que las municiones en racimo almacenadas en una base militar estadounidense en Alemania, que ratificó la convención, se han transferido a Ucrania, y por territorio alemán, desde julio de 2023.
Estados Unidos retiró las municiones en racimo que tenía almacenadas en Noruega y el Reino Unido durante 2010, pero aún podría tener existencias en sus bases militares en países miembros como Italia, Países Bajos y España.
Según HRW, todos los miembros de la convención deberían ser claros al oponerse al almacenamiento en el extranjero de municiones en racimo y al tránsito de ellas a través de su territorio, aguas o espacio aéreo.
El informe recuerda que en diciembre de 2023 la convención alcanzó un hito importante cuando Perú completó la destrucción de sus municiones en racimo, ya que fue el último Estado parte con existencias declaradas en cumplir esta obligación.
Bulgaria, Eslovaquia y Sudáfrica anunciaron haber concluido la destrucción de sus respectivas reservas de municiones en racimo en septiembre de 2023.
Esos acontecimientos significaron que los países miembros destruyeron colectivamente el 100 % de sus existencias declaradas, lo que implicó la destrucción de 1,49 millones de municiones en racimo y 179 millones de submuniciones.
Las municiones en racimo pueden lanzarse desde la superficie mediante proyectiles de artillería, cohetes, misiles o con morteros, o arrojarse desde aeronaves. Suelen abrirse en el aire y dispersar múltiples submuniciones o pequeñas cargas explosivas en un amplio radio.
Muchas submuniciones no explotan con el primer impacto y dejan así explosivos sin estallar que pueden matar y causar daños indiscriminados como si fueran minas terrestres a lo largo de muchos años, hasta que se los encuentra y destruye.
Durante 2023, el último año contemplado por las estadísticas de víctimas del informe, 93 % las víctimas de municiones en racimo registradas fueron civiles. Y los niños y las niñas constituyeron 47% de las personas muertas y heridas por restos de municiones en racimo.
Los ataques con municiones en racimo causaron víctimas civiles en Myanmar, Siria y Ucrania en 2023, mientras que hubo personas muertas o heridas por restos de esas municiones en esos países y en Azerbaiyán, Iraq, Laos, Líbano, Mauritania y Yemen.
Según el “Monitor de Municiones en Racimo 2024” de HRW hay 28 países y otras áreas que están contaminados o se sospecha que están afectados por restos de municiones en racimo.
En 2023 los Estados miembros despejaron en total más de 83 kilómetros cuadrados de tierras afectadas y destruyeron al menos 73 348 submuniciones sin detonar y otros restos de municiones en racimo.
Bosnia-Herzegovina completó la remoción de restos de municiones en racimo en agosto de 2023, y se convirtió en el noveno Estado parte en cumplir sus obligaciones de remoción conforme a la convención.
Sin embargo, HRW consideró alarmante que en julio de 2024 Lituania promulgó una ley por la cual aprobó retirarse de la Convención sobre Municiones en Racimo.
El retiro entrará en vigor seis meses después de que se notifique a las Naciones Unidas y a los Estados miembros de la convención, a menos que Lituania se retracte de esta medida o entre en conflicto bélico.
“La decisión desacertada de Lituania mancilla su excelente reputación en materia de desarme humanitario y no toma en cuenta los riesgos de daños civiles. Aún no es demasiado tarde para que atienda los reclamos de que desista de su intención de retirarse”, dijo Mary Wareham, subdirectora de conflictos y armas de HRW.
Insistió en que la convención “proporciona un marco fundamental para poner fin al daño y al sufrimiento inmediatos y a largo plazo que causan estas armas nefastas. Todos los países deberían adherirse si tienen verdadera intención de proteger a civiles frente a estas armas en un contexto de aumento de los conflictos”.
A-E/HM - Fuente: IPS
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