Cada semana, una media de 16 niños y niñas son víctimas de la guerra en Ucrania. Desde que comenzó el conflicto, 659 niños y niñas han muerto y 1.747 han resultado heridos. Millones de niños y niñas ucranianos siguen viendo sus vidas destrozadas por la violencia diaria, los desplazamientos, la interrupción de la educación, el acceso limitado a la atención sanitaria, los efectos de los trastornos mentales y los traumas, la separación familiar y las violaciones de sus derechos humanos.
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"Quiero una Ucrania sin sirenas antiaéreas, sin bombas, sin guerra. Sólo quiero estar con mi familia", dice Katya, una niña de cinco años de Bakhmut.
Casi el 4% de los hogares de todo el país tienen al menos un niño o niña que vive separado de su familia. Esta cifra es aún mayor en el este del país, donde las hostilidades son más intensas. La crisis de desplazamientos masivos ha obligado a 3,6 millones de personas a reubicarse dentro de Ucrania, y unos 6,5 millones han huido al extranjero. De estos 6,5 millones de personas refugiadas, el 90% son mujeres, niñas y niños.
Entre los 3,6 millones de desplazados internos, el 59% son mujeres. "Después de dos años desplazada, me he planteado muchas veces volver a casa. La realidad es dura allí. La gente apenas sale de los sótanos. Pero como desplazados internos, la mayoría no podemos permitirnos lo mínimo. Nos lo han quitado todo y los recursos son limitados: somos demasiados. ¿Cuánto tiempo se puede depender de la ayuda humanitaria?", dice Marina, de 43 años, madre de dos hijos y actualmente reubicada en Dnipro desde Velyka Novosilka, en la región de Donetsk.
Otra causa de la separación familiar es la pérdida de cuidadores. Como los hombres luchan en el frente, las mujeres se convierten en el único sostén de la familia. “Lo perdí casi todo por la guerra”, cuenta Svitlana, una madre soltera que huyó de Snihurivka, en el óblast de Mykolaiv. “Mi casa ha quedado reducida a escombros”.
El coste de la salud mental
La guerra ha dejado importantes secuelas en la salud mental de la infancia. Una encuesta en la que participaron más de 1.500 niños, niñas, padres y cuidadores revela que 9 de cada 10 niños sufren estrés psicológico y emocional. Entre ellos, el 73% afirma sentirse inseguro o temeroso, el 64% lucha contra la falta de interés por aprender y el 54% experimenta tristeza o poca confianza en sí mismo.
“Tengo que forzar una sonrisa para ocultar cómo me siento por dentro”, dice María, de 16 años, de la región de Kiev.
“La carga emocional a la que se enfrentan la infancia no puede pasarse por alto”, explica Arman Grigoryan, director de Respuesta a la Crisis en Ucrania de World Vision. “Con más de 1,5 millones de niños y niñas en riesgo de TEPT y depresión, el daño a su salud mental es alarmante”.
Las estimaciones a nivel nacional muestran que el 49,6% de los adolescentes de Ucrania estuvieron expuestos directamente a la guerra. Entre ellos, el 32% dio positivo en depresión moderada o grave, el 17,9% en ansiedad moderada o grave, el 35% en trauma psicológico significativo, el 29,5% en trastornos alimentarios y el 20,5% en riesgo medio o alto de trastorno por consumo de sustancias.
"Vemos muerte. Vemos destrucción todos los días. Hay demasiado dolor y tristeza", se lamenta Hanna, madre de dos hijos, de Dnipro.
El coste de la seguridad
Los y las adolescentes son especialmente vulnerables a la violencia de género en tiempos de crisis, conflictos y desplazamientos. Un estudio de World Vision y Girls reveló que en Ucrania las adolescentes se ven especialmente afectadas, experimentando una mayor pérdida de confianza en sí mismas y sentimientos de confusión en comparación con los chicos. Dos de cada cinco chicas (37% y 39%, respectivamente) que sufren violencia de género afirman haber perdido la confianza en sí mismas y sentirse confusas, en comparación con una cuarta parte de los chicos (24% y 26%) tras sufrir violencia psicológica.
"Millones de mujeres y niñas ucranianas sufren los efectos devastadores de la violencia de género. Estas supervivientes se quedan a menudo sin el apoyo que necesitan desesperadamente, silenciadas por el estigma y el miedo", afirma Grigoryan.
El coste de la educación
Aproximadamente en toda Ucrania 4 millones de niños y niñas siguen viendo interrumpida su educación, y 600.000 escolares no pueden asistir en absoluto a clases presenciales. Más de uno de cada diez centros de enseñanza han resultado dañados por la guerra, y más del 20% han tenido que cerrar por falta de refugios antiaéreos.
Debido a los continuos ataques e interrupciones del suministro eléctrico, los estudiantes ucranianos podrían perder entre 31 y 81 horas de aprendizaje al mes. Los que recurren a la enseñanza en línea pueden perder hasta 160 horas al mes.
"La guerra está afectando a los procesos educativos. Los niños y niñas van a la escuela y luego tienen que ir al búnker de 6 a 8 veces al día. Empiezan la clase y en 20 minutos se interrumpe de nuevo", explica Hanna, madre de dos niños de Dnipro. "En el búnker no estudian. Los profesores intentan distraerlos con juegos. Es más una tortura psicológica. La infancia tiene que enfrentarse cada día a esta imprevisibilidad".
Los daños a la infraestructura educativa son graves, con unos 3.600 centros afectados, entre ellos casi 2.000 escuelas, y alrededor de 371 instalaciones educativas completamente destruidas. En las zonas donde las escuelas siguen funcionando, están desbordadas y se enfrentan a la escasez de profesores cualificados.
“Espero que la guerra termine pronto y pueda seguir estudiando sin temer por mi vida”, dice Andriy, de 16 años, de la región de Kiev.
Los niños y niñas ucranianos merecen una vida de paz, dignidad y seguridad, sin miedo ni sufrimiento, donde se respeten sus derechos y se proteja su futuro. “Hay que poner fin a la violencia y restablecer la paz, por el bien de toda la infancia”, afirma Grigoryan. “Debemos actuar ahora para proteger a estos niños y niñas y proporcionarles el apoyo que necesitan para sobrevivir y reconstruir sus vidas”.
World Vision está en Ucrania desde marzo de 2022, llegando a más de 2,1 millones de personas, incluidos más de 970.000 niños y niñas necesitados. Solo en 2024, la respuesta de World Vision apoyó a más de 526.000 personas, el 38% de las cuales son niños y niñas, en Ucrania, Moldavia, Georgia y Rumanía a través de la protección, la educación, el apoyo psicosocial, los medios de vida, las necesidades básicas, la preparación para el invierno y el programa de asistencia en efectivo.
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