Los niños y niñas del este de la República Democrática del Congo (RDC) están siendo reclutados a la fuerza, armados y ejecutados en una escalada de violencia espeluznante. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (UNHCR, por sus siglas en inglés) ha confirmado casos de ejecución sumaria de niños por parte de las fuerzas del M23 tras su entrada en Bukavu la semana pasada. El informe del UNHCR también indica que se ha utilizado a niños y niñas como combatientes, una grave violación del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos.
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World Vision condena enérgicamente estas atrocidades y pide una acción internacional urgente para proteger las vidas y los derechos de la infancia.
Aline Napon, directora nacional de World Vision RDC, ha declarado: “El reclutamiento forzoso y la ejecución de niños y niñas es un crimen atroz que debe tomarse muy en serio. Los niños no son soldados. Deben ser protegidos, no explotados, maltratados o asesinados”.
En Kivu del Sur, la situación actual ha desplazado a miles de personas, dejando a millones de niños y niñas expuestos a la violencia, la explotación y las privaciones. El conflicto está despojando a la infancia de su futuro, negándoles la educación, exponiéndoles a graves traumas y aumentando el riesgo de violencia sexual y trabajos forzados.
“El informe del Grupo Sectorial de Educación del 14 de febrero de 2025 confirma que al menos 80 escuelas han sido objeto de actos de vandalismo y otras 17 han sido ocupadas como refugios en Kivu del Norte, privando de su derecho a la educación a casi 493.461 niños y niñas en Kivu del Norte y a 301.719 en Kivu del Sur. Desde principios de año, más de 2.500 escuelas y espacios de aprendizaje se han visto obligados a cerrar en Kivu Norte y Kivu Sur. Las escuelas deberían ser refugios seguros para la infancia, pero están siendo destruidas u ocupadas, dejando a los niños y niñas aún más vulnerables al reclutamiento por parte de grupos armados”, añade Aline Napon.
La situación de las niñas es terrible. La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) informa de un aumento alarmante de la violencia sexual y de género relacionada con el conflicto, con 129 casos de violación registrados entre las personas desplazadas en las últimas semanas. Las adolescentes corren especial peligro, ya que se enfrentan a mayores amenazas de explotación, embarazos precoces y traumas a largo plazo.
“La guerra, la violencia y el desplazamiento están destruyendo a toda una generación de niños y niñas congoleños”, declara Patrick Saah, director de Programas de World Vision.
En los últimos días, la situación humanitaria ha empeorado significativamente, con saqueos generalizados de reservas y suministros de alimentos de emergencia. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha perdido 7.000 toneladas de ayuda alimentaria en Bukavu, dejando a cientos de miles de personas en riesgo de inanición. Como socio distribuidor del PMA, World Vision está alarmada por el impacto a largo plazo que esto tendrá en familias ya vulnerables, al perderse ayuda alimentaria esencial y agravarse la amenaza del hambre.
“Los ataques a las oficinas de ayuda humanitaria constituyen una grave violación del derecho internacional humanitario, y condenamos, en los términos más enérgicos posibles, toda violencia dirigida contra el personal y el robo de bienes utilizados para suministrar ayuda humanitaria a los más vulnerables. Cientos de miles de personas afectadas por el conflicto dependen actualmente de la ayuda humanitaria para sobrevivir. Todas las partes deben respetar el trabajo de las ONG como World Vision y permitirnos apoyar a la infancia más vulnerable de la RDC”, añade Patrick Saah.
World Vision hace un llamamiento urgente a todas las partes del conflicto para que pongan fin al reclutamiento y asesinato de niños y niñas y garanticen el acceso seguro de la ayuda humanitaria protegiendo a los trabajadores humanitarios, restaurando los suministros saqueados y permitiendo las distribuciones de ayuda. Deben respetarse los derechos humanos internacionales y el derecho humanitario, y debe darse prioridad a la seguridad de la infancia, las familias y los trabajadores humanitarios.
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