Emiliano Garcia-Page, presidente socialista de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha, desde hace bastante tiempo mantiene discrepancias con el Gobierno central, en especial con Pedro Sánchez. Una y otra vez pregona sus ideas contrarias a las acciones del Gobierno, pero estas prédicas jamás son secundadas por los diputados castellanomanchegos en las votaciones del Congreso.
En cambio, su hermano gemelo, Javier, dejó su militancia el pasado año aduciendo que sus valores y principio socialistas “son incompatibles” con la militancia “en este nuevo PSOE” y con la “deriva del partido en estos últimos años”.
Según leo en internet, los abuelos de estos gemelos sufrieron durante la guerra civil. El materno fue encarcelado por los “nacionales” y al segundo lo fusilaron los “rojos”. Me “suena” esta situación por ser parecida a lo ocurrido en un pueblo extremeño, en 1936. Un comerciante que tenía dos hijos varones que trabajaban en el negocio familiar, ante los acontecimientos bélicos que se veían venir, les recomendó que no estuvieran ambos en el mismo lado, pues entendía que esa estrategia les protegería cualquiera que fuera el final de la contienda máxime porque el padre se mantendría imparcial. Los hijos cumplieron el deseo del padre y al final acertaron de pleno, ya que los vencedores no tuvieron nada que objetar a los miembros de esta familia, puesto que no tuvieron parte activa en ningún altercado.
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