El supuesto agravio fiscal a Cataluña es fruto de una manipulación de los balances por parte de los nacionalistas. Ante esta situación, si Cataluña es uno de los territorios con mayor renta, lo lógico es que aporte en proporción a lo que produce y no que pida quedarse con todos los impuestos y contribuir menos al Estado.
La diferencia de trato que el Gobierno de Sánchez está dando a Cataluña y al País Vasco contrasta con el ninguneo al resto de las comunidades. A fin de cuentas, el Presidente gobierna gracias a las minorías nacionalistas, con el cheque siempre encima de la mesa.
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