Julia Navarro acaba de presentar, en el Ateneo de Madrid, su última novela que aborda los horrores cometidos por ideologías totalitarias.
Julia estuvo acompañada por la escritora y periodista, Inés Martín Rodrigo y su gran amiga, Margarita Robles, ministra de Defensa, cuyas declaraciones sobre la situación actual de Venezuela, ha dado lugar a un conflicto diplomático al afirmar que: “El régimen de Nicolás Maduro es una dictadura”.
Inés Martín Rodrigo, periodista y escritora, Julia Navarro; Margarita Robles y un representante de Plaza & Janés.
Al acto acudieron el expresidente del Gobierno, Felipe Gónzalez, jueces como Manuel Marchena, la nueva presidenta del Consejo General del Poder Judicial Isabel Perelló, famosos periodistas y literatos, entre ellos Fermín Bocos y José María Pérez González, Peridis.
La autora describe con maestría el sufrimiento de una madre cuando le arrebatan a Pablo, su hijo de 5 años, para llevarlo a la Unión Soviética, en los días finales de la Guerra Civil española; y el infierno helado de las personas que vivieron y murieron bajo el terror estalinista en los gular soviéticos del Polo Norte. Hechos que suponen «un aldabonazo en la conciencia de todos», en opinión de la también escritora y periodista, Inés Martín Rodrigo, cuya intervención abrió el acto.
Tras la intervención de Margarita Robles, Julia Navarro habló sin pelos en la lengua: «Los regímenes totalitarios, se pinten de rojo o de azul son la cara y cruz de la misma moneda», afirmó. «No hay totalitarismo que sea mejor que otro». Por ello, «los niños siempre pierden las guerras de sus padres». Son víctimas de los conflictos que se desatan.
Los personajes principales de su narración son la española Clotilde, madre de Pablo, y la rusa Ania, la «madre» rusa de su pequeño. Dos mujeres creadoras. Clotilde, una caricaturista en los tiempos de Franco. Y Ania, una pianista y poeta rusa bajo la dictadura de Stalin. En dos espacios diferentes, Madrid y Moscú.
Las dos mujeres habitan en dos regímenes que niegan «la libertad de expresión, de creación y casi la libertad de pensamiento», reveló Julia Navarro. «Las dictaduras tienen más miedo a las palabras que a las armas, por eso cercenan las dos libertades citadas. En la primera línea de enemigos colocan siempre a la gente del mundo de la cultura. A veces pensamos que podemos aprender del pasado, pero la realidad es que la historia tiende a repetirse, y eso lo estamos viendo ahora mismo». Mostró su preocupación por el crecimiento de los partidos extremistas, tanto de un lado como del otro, que emergieron a consecuencia de la crisis de 2008. «Es muy fácil caer en esas tendencias. En Europa hay regímenes que muestran signo de autoritarismo, lo que podría ser el preludio de regímenes totalitarios. El actual clima de corrección política está afectando la libertad de creación y de expresión. Creo que esto es profundamente perturbador y restrictivo. Yo defiendo la libertad sin censuras y no voy a dar un paso atrás en ese sentido». La escritora manifestó ser ferviente admiradora de la poeta rusa Anna Ajmátova perseguida por el régimen estalinista. Julia remató su intervención señalando que: “Es necesario decir muchas veces NO, aunque cueste trabajo”.
El niño que perdió la guerra. Autora: Julia Navarro. Plaza & Janés. 638 páginas. 24, 90 €.
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