Omar Cruz, nuestro colaborador, nos presenta una selección de poemas de la escritora Indira Flamenco. Nacida en La Ceiba Atlántida el 30 de agosto de 1969. Licenciada en Letras con Orientación en Literatura, egresada de la Maestría en Literatura Centroamericana. Gestora cultural y promotora de eventos literarios.
Ha sido docente universitaria y labora en la Escuela Internacional Sampedrana, desde hace 25 años, impartiendo las clases avanzadas de Español y Literatura. Su segundo poemario «Ciudad sin asombro», aborda temas novedosos sobre la soledad del adulto mayor y las temáticas habituales sobre justicia y equidad. Los microrrelatos de la autora han sido publicados recientemente en la antología «El baile del Dinosaurio» y próximamente en la Antología «Ventana Breve: Microrrelatos de doce Mujeres Hondureñas».
Constructora de versos y de múltiples utopías en los cuales se busca la equidad, la configuración cultural y la justicia. Ha organizado eventos muy significativos entre ellos: reconocimientos a los poetas ya fallecidos: Pompeyo del Valle, Oscar Acosta y José Adán Castelar; presentación de las obras de teatro «Danzas con las almas» y «Loubavagu» del Doctor Rafael Murillo Selva, también ha realizado Encuentros poéticos nacionales e internacionales, entre otros.
Su obra poética ha sido compilada en diversas antologías, entre ellas: «Honduras Mujer y poesía», «La palabra iluminada», «Antología de Microrrelatos», «Antología Voces de la ANDEH» y «Poesía contra el Golpe».
Niñez Transgredida
Cuántos sueños crucificados se enlazan en la cintura. Hombres y mujeres que callan y gritan en la majestuosidad del sendero. Niños que a mitad del camino se los bebe el paisaje. Mientras se les espera en casa con bolsitas de dulces, amanecen en un potrero sin juegos y sin nombre
Autobiografía
Mi memoria es un acopio incorruptible, construido por mi padre, por el pueblo por los sueños inherentes donde la justicia era un brebaje obligatorio con vestigios inocentes. Mi corazón, alfiletero de otoño sigue firme recibiendo el amor embalsamado que se detiene lastimero. Mis manos, astas conspiradoras han enterrado con vehemencia a sus muertos, escriben versos imprecisos donde los pájaros renuevan sus cantos vespertinos. Mis labios fermentados de alegría hacen plantones frente al congreso, inician huelgas de hambre hilvanan los trozos de los ríos levantan antorchas de dignidad perdida y arrojan quejidos en llamas a los saqueadores de la patria.
Reencuentro
Aquel General de pies condenados por la historia, pide perdón desde el exilio. Pero las madres de la Plaza de Mayo, escupen su rostro hasta cubrirlo con el mar de los espejos. En esta acción conciliatoria, se desparraman sus vísceras.
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