Sánchez y Von der Leyen estuvieron, hace 8 meses, en Mauritania y prometieron más de 500 millones de euros en ayuda. Hoy, el 83% de las personas que llegan a Canarias lo hacen desde Mauritania, un país que tampoco puede absorber la emigración procedente de Mali. Mucho se habla de populismo y extrema derecha, pero los Gobiernos europeos, incluido el español, han dejado en manos de estas fuerzas el discurso sobre la emigración. Se requiere realismo, pactos serios y estables con los países del Norte de África, cooperación contra las mafias y lucha decidida contra los grupos islamistas que, entre otras cosas, han hecho del tráfico y la trata de seres humanos su principal negocio. Sin ayuda y cooperación internacional para Níger y Mali, tampoco podrá avanzarse mucho en este tema. Y, sobre todo, ya va siendo hora de abandonar la demagogia pueril de tachar de racista y xenófobo a cualquiera que quiera abordar el asunto con la rotundidad que requiere. La emigración desregulada es un problema y quien no quiera verlo peca de insensatez.
|