Dirección General de la Guardia Civil. Policía judicial. Unidad Central Operativa. Las 87 páginas, que ocupan a los que están al tanto de lo que pasa en la política nacional y preocupan al socialismo y asociados, llegaron al ordenador. Sin acuse de recibo y desde tres focos distintos, se unieron, sin mezclarse, con el texto de ‘La clase de griego’, de Han Kang, la escritora surcoreana premiada con el nobel de literatura. Para oxigenar mente y limpiar espíritu, merecía la pena releer dos líneas de la literata: “No sé por qué, pero últimamente todo lo que escribo se convierte enseguida en algo apagado y sin vida”.
En la prensa, las noticias de portada, sin apagar y con la vida propia del interés actual, iban sobre el mismo tema: Aldama a Hidalgo: “Mañana está el 1 y está tomada la decisión” (ABC). Las pruebas contra Ábalos causan una sacudida política en el PSOE (El País). Sánchez encubrió con una mentira la trama venezolana de Ábalos (El Mundo). La trama Koldo usó a Ábalos para influir en Sánchez (La Razón). Ábalos cobró por abrir puertas a la trama corrupta, según la UCO (La Vanguardia). La UCO pide imputar a Ábalos por su “relevante papel” en el caso Koldo (20 minutos). Los digitales, de todo tipo y condición, seguían con los temas e iban a lo mismo. Palpable, lo descubierto por la Guardia Civil, la preocupación principal no es solo la condena unánime a la táctica, estrategia y manejos del Gobierno. Es la alarmante política nacional: La corrupción (más que supuesta) que hay que conocer, valorar y corregir. La mentiras gubernamentales a troche y moche, oficiales y oficiosas, bulos puros del sanchismo que hieden y dan asco. El lodazal político que nace y se alimenta en varios sitios. Y la hez egoísta que, en el fango, usa beneficios contrarios al sistema demócrata que nos dimos hace tiempo, creemos tener y debemos mantener. A la vez, como carros delante de los bueyes, tertulianos y comunicadores corrigen a políticos que, en el colmo del desatino y desvergüenza, buscan una justificación imposible en el moquero sucio, de una casta boba que roza el ridículo. Graciano Palomo y Susana Griso, en Antena 3, mediaban entre políticos y enseñaban a uno de ellos, el socialista vasco Eneko Andueza, el quid del bien hacer y la decencia. No es que los periodistas pregunten y que los políticos contesten y marquen algo. Es lo contario. La prueba, que lo demuestra, hoy en Antena 3, son Andueza iracundo y desencajado y Graciano y Griso tranquilos marcando profesión y tipo.
Lo que escribo se convierte enseguida en algo apagado y sin vida. Como reza Han Kang, también las noticias del día, las que son portadas en la prensa citada y otras, aún con el rescoldo de lo que intentan Andueza y compañía, se apagan. En el lodazal político que impregna todo, lo inmediato es mirar hacia el futuro. Para entrever las posibilidades que existen, parece lógico hoy, mañana no se sabe, que el ‘sanchismo’ acabe. En el ambiente vuelan dos expectativas o más: Convocatoria de Elecciones Generales. Golpe de Estado. U otro invento.
Mientras tanto, desde la calle llega el canto de unos niños que vuelven del colegio. Es, quiero creer, algo que no se apague enseguida y mantenga lo que inspiran: Susanita tiene un ratón.
Dirección General de la Guardia Civil, Policía judicial, Central Operativa. Sánchez, Ábalos, Koldo, Andueza, y sanchismo del montón. Hoy son y pueden seguir siendo, por unos días o sustituidos por otros, motivos de atención. En todo caso, son menos consistentes, importantes e ilusionantes que una canción infantil que casa con el espíritu de una mujer surcoreana a la que han premiado con el nobel: Susanita tiene un ratón.
|