Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Hispanidad | Virgen | 12 de octubre | Juan Pablo II | Fiesta nacional de España

Día de la Hispanidad, fiesta nacional: 12 de octubre, la Virgen del Pilar

El Papa Juan Pablo II, en 1984, al hacer escala en su viaje a Santo Domingo para iniciar la conmemoración del descubrimiento de América la invocó como "patrona del mundo hispano"
Llucià Pou Sabaté
lunes, 14 de octubre de 2024, 09:35 h (CET)

Algunos documentos dicen que Santiago, "pasando por Asturias, llegó con sus nuevos discípulos a través de Galicia y de Castilla, hasta Aragón, Celtiberia, la Cesaraugusta romana, hoy Zaragoza, en la ribera del Ebro. Allí predicó Santiago y, entre los muchos convertidos eligió a ocho hombres".


En la noche del 2 de enero del año 40, estando Santiago con sus discípulos junto al río Ebro, "oyó voces de ángeles que cantaban Ave, María, gratia plena y vio aparecer a la Virgen Madre de Cristo, de pie sobre un pilar de mármol". Según esta leyenda o tradición, ella, que aún vivía en carne mortal, pidió al Apóstol que le construyese allí una iglesia, en torno al pilar donde estaba de pie y prometió que "permanecerá este sitio hasta el fin de los tiempos para que la virtud de Dios obre portentos y maravillas por mi intercesión con aquellos que en sus necesidades imploren mi patrocinio".


Desapareció la Virgen y quedó allí el pilar. El Apóstol Santiago y los ocho testigos del prodigio comenzaron a edificar una ermita en aquel sitio. Santiago ordenó presbítero a uno de sus discípulos para servicio de la misma y le dio el título de Santa María del Pilar, antes de regresar a Judea. Fue la primera iglesia dedicada a la Virgen Santísima. Que esta tradición es antigua lo muestra el sarcófago de Santa Engracia, que se conserva en Zaragoza desde el siglo IV, representa, en un bajorrelieve, el descenso de la Virgen aparececiéndose al Apóstol Santiago.


La fiesta del descubrimiento de América por parte de España y Occidente fue también el día doce de octubre. De ahí la unión cultural que esta fecha quiere significar para muchos. El Papa Juan Pablo II en 1984, al hacer escala en su viaje a Santo Domingo para iniciar la conmemoración del descubrimiento de América, la invocó como "patrona de la hispanidad". También hay quien llama ese día el día de la Raza. Aumentó la devoción a la Virgen del Pilar el prodigio ocurrido en la guerra civil de 1936-1939, cuando las tres bombas que cayeron sobre el templo no estallaron. Allí están como testimonio. Es un buen día para invocar su intercesión para las instituciones civiles, y la paz social.

Juan Pablo II diría en 1992: "Los marinos intrépidos de Palos, de Huelva, de Moguer, de Lepe, que en el nombre de Dios y de Santa María partieron del puerto de Palos, fueron protagonistas de aquella gran epopeya que llegaría a cambiar la configuración del mundo conocido y que, a la vez, abrió espacios insospechados a la expansión del mensaje cristiano".


Escribió Garcilaso de la Vega, historiador natural de Cuzco, Perú, que "ofrecía su historia para que se den gracias a Nuestro Señor Jesucristo y a la Virgen María, su Madre, por cuyos méritos e intercesión se dignó Dios sacar del abismo de la idolatría a tantas y tan grandes naciones y reducirlas al gremio de su Iglesia Católica Romana, la mayor cosa después de la creación del mundo, sacando la encarnación y muerte del que los crió".


La advocación de la "Virgen del Pilar" es de profunda raigambre hispánica, sobre la antigua leyenda que hemos contado: el apóstol Santiago el Mayor, gran evangelizador de España, en una de sus andanzas se apoyó, extenuado, sobre una columna, y sintió que la Madre de Jesús lo animaba a completar la misión recibida de su Hijo. En el lugar se construyó más tarde una capilla, y después la gran Basílica del Pilar de Zaragoza. A esta advocación se encomendaban los soldados españoles que combatían por expulsar a los musulmanes invasores, y se dice que Cristóbal Colón encomendó a la Virgen del Pilar su trascendental aventura marítima. El papa Clemente XII fijó para el emblemático 12 de octubre la festividad de la Virgen del Pilar. La liturgia dedica a María de Nazaret un bello himno con motivo de esta invocación: "Esa columna, sobre la que posa, leve, sus plantas tu pequeña imagen, sube hasta el cielo: puente, escala, guía de peregrinos. Cantan tus glorias las generaciones, todos te llaman bienaventurada; la roca firme, junto al Ebro enhiesta, gastan a besos. Abre tus brazos virginales, madre, vuelve tus ojos misericordiosos, tiende tu manto, que nos acogemos bajo tu amparo".Ella es modelo de escucha de la Palabra divina y de ponerla en práctica. Por eso seguimos rezándole: Esa columna sobre la que posa leve / sus plantas tu pequeña imagen, / sube hasta el cielo: es puente, / escala, guía de peregrinos. Abre tus brazos virginales, Madre, / vuelve tus ojos misericordiosos, / tiende tu mano, que nos acogemos bajo tu amparo (de un himno de Laudes).


Así hacía oración Juan Pablo II: «Doy fervientes gracias a Dios por la presencia singular de María en esta tierra española donde tantos frutos ha producido. Y quiero encomendarte, Virgen santísima del Pilar, España entera, todos y cada uno de sus hijos y pueblos, la Iglesia en España, así como también los hijos de todas las naciones hispánicas. ¡Dios te salve, María, Madre de Cristo y de la Iglesia! ¡Dios te salve, vida, dulzura y esperanza nuestra! A tus cuidados confío [...] las necesidades de todas las familias de España, las alegrías de los niños, la ilusión de los jóvenes, los desvelos de los adultos, el dolor de los enfermos y el sereno atardecer de los ancianos. Te encomiendo la fidelidad y abnegación de los ministros de tu Hijo, la esperanza de quienes se preparan para ese ministerio, la gozosa entrega de las vírgenes del claustro, la oración y solicitud de los religiosos y religiosas, la vida y el empeño de cuantos trabajan por el reino de Cristo en estas tierras. En tus manos pongo la fatiga y el sudor de quienes trabajan con las suyas; la noble dedicación de los que transmiten su saber y el esfuerzo de los que aprenden; la hermosa vocación de quienes con su conciencia y servicio alivian el dolor ajeno; la tarea de quienes con su inteligencia buscan la verdad. En tu corazón dejo los anhelos de quienes, mediante los quehaceres económicos procuran honradamente la prosperidad de sus hermanos; de quienes, al servicio de la verdad, informan y forman rectamente la opinión pública; de cuantos, en la política, en la milicia, en las labores sindicales o en el servicio del orden ciudadano prestan su colaboración honesta en favor de una justa, pacífica y segura convivencia. Virgen Santa del Pilar: aumenta nuestra fe, consolida nuestra esperanza, aviva nuestra caridad. Socorre a los que padecen desgracias, a los que sufren soledad, ignorancia, hambre o falta de trabajo. Fortalece a los débiles en la fe. Fomenta en los jóvenes la disponibilidad para una entrega plena a Dios. Protege a España entera y a sus pueblos, a sus hombres y mujeres. Y asiste maternalmente, oh María, a cuantos te invocan como Patrona de la Hispanidad. Así sea».

Noticias relacionadas

Hace tiempo que el PSOE no disimula su intención de copar las instituciones del Estado e incluso dejar algunas bien atadas, por si perdiera el poder en algún momento. Lo hace, además, desde el cinismo de hablar de la pluralidad y la necesidad de combatir los bulos, que siempre son los que propagan otros, nunca los que el entorno del Gobierno crea y difunde.

A veces puede más el vicio que la voluntad. Me había planteado no escribir más “artículos” (las comillas son porque pienso que mis expresiones son más bien escritos, ya que, servidor sólo es un humilde escribidor), pero hay cosas en este país que son muy difícil pasar por alto. Cosas que los medios de desinformación nunca acometen, aunque sean de cierta relevancia para el conjunto de la ciudadanía en razón de que constituyen una especie de impuesto más; independientemente, de los muchos que ya pagamos.

Con luces navideñas inundando el paisaje de ciudades y pueblos, transcurre la espera de las fiestas de Navidad: una sucesión de eventos religiosos con uno muy especial, la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre en el seno inmaculado de la Virgen María,  para reparar al Padre de los Cielos por nuestros pecados y salvarnos del castigo eterno que merecemos. Él nos trajo la salvación, la salud y la paz.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto