El 9 de octubre, que se celebra el día de la Comunidad Valenciana, activistas por los derechos de los animales estuvimos protestando frente a la plaza de toros de Valencia contra la tauromaquia, una sanguinaria y anacrónica tradición de tortura hasta la agónica muerte entre aplausos del público, una minoría de la sociedad que todavía goza de la sangre, angustia, dolor y muerte.
La protesta la convocamos conjuntamente Dénia Animal Save, plataforma antitaurina de la Comunidad Valenciana y los gatitos de Samuel, recibiendo la misma un montón de apoyo de la gente y de firmas en la ILP nacional noesmicultura.org que pretende desproteger la tauromaquia.
Pero lo más emocionante fue ver a las miles de personas que se manifestaban en la defensa de sus derechos por este día y conforme pasaban por delante de nuestra concentración todas nos mostraban su apoyo y aplausos mientras que, por nuestra parte, más de lo mismo señalando la importancia de salir a las calles a reivindicar.
En esa manifestación vimos gente por la defensa del valenciano, de la educación pública o por la defensa del medio ambiente, tocando temas como el desastre medioambiental que supondría la ampliación del puerto.
Durante la protesta antitaurina hubo un gran despliegue policial mientras se vio claramente como los taurinos sacaban el dedo del medio o mostraban descalificaciones hacia las personas activistas, mientras que los colectivos convocantes señalamos la necesidad de no entrar en provocaciones.
Mientras estábamos ahí protestando para que se dejen de torturar animales, era el día de despedida de Enrique Ponce, persona que ha vivido de torturar animales durante años y se ha nutrido de las golosas subvenciones que las administraciones dedican a la violencia y no a santuarios animales que protegen sin distinción de especies.
Enrique Ponce es de Chiva, pueblo que mediante el acoso y persecución consiguió celebrar el anacrónico tórico de la cuerda pese a presentar la documentación fuera de plazo y contando con el apoyo del pseudo periodista de las provincias Héctor Esteban que, sin embargo, no se atrevió a dar voz a las personas que defendemos a los animales, pero sí estuvo haciendo obsesivos artículos a favor de la mal llamada fiesta incurriendo en inexactitudes y argumentos falaces.
LA TORTURA NO ES CULTURA
Sobre los "periodistas", todos fueron a la plaza de toros, pero la mayoría no vino la protesta, además de que quien lo hizo fue porque les venía de paso mientras pasaba por ahí la otra manifestación, pero yo no he visto apenas nada en la prensa y menos en las televisiones que nos grabaron.
Además, para postre, después se les mando un comunicado de prensa que la mayoría tampoco se ha atrevido a reproducir, pues muchos medios no están para informar, están para servir a ciertos intereses perversos.
Es vergonzoso que una tradición anacrónica y sanguinaria siga recibiendo apoyo y millones de euros de dinero público que se está quitando a cosas importantes.
Al menos, el ministro de Cultura Ernest Urtasun ha suprimido el premio nacional de tauromaquia, pero ahí es cuando se ha demostrado la verdadera cara de políticos especialmente del PP y el PSOE que con urgencia anunciaron que este premio se dará en las comunidades autónomas que gobiernan demostrando así que en lugar de moverse rápido por las personas, lo hacen por la tortura, además del dinero público que supone en contra de la mayoría de la sociedad, pues según estadísticas oficiales solamente un 2% ha asistido últimamente a los toros y mucha gente lo ha hecho gratis.
Igualmente, alcaldes como Juan Ramón Adsuara de Alfafar, con su abuso de poder demuestran lo poco demócratas que son y como imponen el pensamiento único e incluso faltan el respeto a quien se pronuncia en contra o protesta en el pueblo contra los aberrantes toros embolados y en cuerda.
En el caso de Valencia, lo que hacen es parasitar fiestas como el Día de la Comunidad Valenciana, la feria de julio o las fallas esta última da mucho que hablar, pues actividades como la pirotecnia que tanto daño hace a los animales, al planeta en una situación de urgencia climática grave y a las personas por ejemplo con autismo, no deberían estar justificadas si tenemos respeto a los demás, pero eso se hablará en el momento oportuno un año más.
Sin fiestas que parasitar, sin escudarse en la verdadera cultura, sin su chiringuito de subvenciones y reconocimientos laborales y sin ocupar espacios y edificios públicos, la tauromaquia no tiene a qué aferrarse.
LA INFANCIA TAMBIÉN ES VÍCTIMA DE LA TAUROMAQUIA
Bajo mi punto de vista como persona que ha trabajado altruistamente durante años también por la infancia y lo sigue haciendo, es una víctima más de una educación lamentable en la violencia por parte de progenitores con falta de capacidad para tener seres vivos a su cargo, pues se supone que si tú quieres a tus hijos, no les enseñas que torturar está bien para que el día de mañana sean rechazados por la mayoría de la sociedad.
En este aspecto, todos los organismos expertos en infancia nos dan la razón, hasta el comité de derechos del niño de la ONU que lleva años pidiendo a España proteger a la infancia de presenciar la violencia de la tauromaquia, pero no solamente lo hacen con total impunidad, es que en la callejera que hacen por los pueblos incluso participan siendo personas menores atropelladas cada año por vacas o toros por lo que parece que la integridad física de las personas menores de edad tampoco importa ni a los progenitores ni a las administraciones.
Igualmente, el artículo 70 de la ley 26/2018, de la Generalitat Valenciana, no deja ningún género de dudas: “Las personas menores de edad no podrán participar ni asistir a competiciones deportivas o espectáculos cuyo reglamento contemple la producción de daños físicos o psíquicos sobre personas o animales o puedan implicar riesgos para la salud o seguridad del menor”, además de que el decreto de Bous al Carrer dice claramente que es ilegal la participación de menores.
La Ley Orgánica 8/2021, de 4 de junio, de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia, recoge en su preámbulo que la protección de las personas menores de edad es una obligación prioritaria de los poderes públicos, reconocida en el artículo 39 de la Constitución Española y en diversos tratados internacionales, entre los que destaca la Convención sobre los Derechos del Niño, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989 y ratificada por España en 1990.
Con total impunidad, bebés, niñas, niños y adolescentes entraban a la plaza para ver cómo sangra y se le van clavando cosas al animal que muere agónicamente. ¿Eso es lo que queremos para la infancia?
NO ES MI CULTURA
Álvaro Tarancón, coordinador de Dénia Animal Save reclama que la tauromaquia subsiste por un regadero de subvenciones millonarias que no tienen por ejemplo los santuarios de animales que hacen una labor altruista en defensa de cualquier especie animal, además de recalcar que el maltrato animal debe ser abolido.
"Es necesario unir todos nuestros esfuerzos en acabar contra la tauromaquia, pues los animales víctimas de este arcaico y anacrónico evento que consiste en la tortura de los animales, necesitan dejar de ser utilizados además de que en la sociedad tenemos muchas problemáticas que si se retiraran las subvenciones a la tauromaquia y se destinan a cosas importantes se podrían solucionar muchos problemas en este país, pues la crueldad animal solamente le interesa a una parte muy pequeña de la sociedad que probablemente haya sido adoctrinada de generación en generación en la falta de empatía hacia los demás", declara Tarancón.
Los colectivos convocantes hemos señalado los claros informes veterinarios de la Asociación AVATMA explicando todo el sufrimiento que padecen los animales hasta agonizar lentamente entre un montón de litros de sangre.
No me voy a extender mucho más, pues cualquier persona con sentido común y un mínimo por ciento de empatía, sabe que los animales son seres sintientes y la tauromaquia supone la tortura y humillación pública con posterior muerte de los animales, además de que vulnera los derechos de la infancia y derrocha a millones el dinero público.
Hay personas que dicen estar en contra de la obsoleta tauromaquia, pero lo único que hacen, es incitar al odio constantemente por redes sin hacer nada y eso lo único que provoca es más daño a los animales y a las personas que luchamos por la abolición, pues lo que hay que hacer es presión en las administraciones y salir a llenar las calles.
Por ello, lo importante para acabar con ella es sumarte a todas las protestas que se hagan en tu zona, pues decir que estás en contra de algo y no hacer nada por la abolición es como estar a favor. Una de las cosas más fáciles que puedes hacer, es buscar tu zona más cercana para firmar la iniciativa nacional noesmicultura.org para quitar la protección legal que tiene la tauromaquia o si tienes certificado digital directamente puedes firmarlo ya sin ir a ninguna parte.
Igualmente, puedes escribirme a defensaanimal2023@gmail.com para unirte al activismo antitaurino de Valencia, pues vamos a seguir luchando por los animales y tenemos pendiente hacer una protesta en el pueblo de Alfafar donde el alcalde no hace más que atentar contra los derechos fundamentales y mostrar su falta de autocontrol contra quien protesta pacíficamente por lo que cree justo, además de incurriendo en falsedades constantes.
También es importante que sigas la página "Dénia Animal Save", uno de los colectivos convocantes de la protesta el 9 de octubre.
Esperemos decir muy pronto que la arcaica tauromaquia forma parte de un mal recuerdo y mientras tanto, cada persona decidimos si formar parte del problema o de la solución.
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