Digo que este documento es esclarecedor por la gravísima situación que padece la Iglesia y la sociedad en Occidente. Solo hay una Iglesia Católica, pero los partidarios de hacerla nueva pedían al Vaticano la comunión en la mano, que se consideraba un sacrilegio. En este documento, "Memoriale Domini", el Papa Pablo VI, después de haber consultado a todos los obispos del mundo si se podía autorizar la comunión en la mano, la mayoría contestó que no. La Santa Sede edita el documento "Memoriale Domini" que hace referencia a esta consulta e indica que "El Sumo Pontífice ha decidido no cambiar el modo, hace mucho tiempo recibido, de administrar a los fieles la sagrada comunión y se EXHORTA CALUROSAMENTE A LOS OBISPOS, SACERDOTES Y FIELES A QUE SE CONFORMEN DILIGENTEMENTE A LA LEY VIGENTE Y NUEVAMENTE CONFIRMADA". En el mismo documento se concede este privilegio de comulgar en la mano cuando este uso hubiera arraigado ya, y se concede con el fin de tranquilizar las conciencias de aquellos que, sin la debida autorización de la SANTA SEDE, cometían una desobediencia grave y sacrílega.
La pregunta es la siguiente: ¿Por qué no se obedeció al mandato del Papa? El resultado ya lo estamos viendo. Desde que en España se consiguió la comunión en la mano, en contra del parecer de la mayoría de los católicos, la sociedad quedó desprotegida, pues aquella fe que tenía en la Divina Eucaristía quedó diluida como un azucarillo en un vaso de agua. Esto propició el establecimiento de una sociedad laica, pagana, y así es el Gobierno que tenemos; y en el sentido religioso: seminarios, conventos, parroquias y catedrales cerradas o sin culto. No tenemos vocaciones y la juventud brilla por su ausencia. Este escrito lo hago porque creo que muchos católicos e incluso miembros del clero lo desconocen.
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