Cabe la posibilidad de que la madrugada del sábado 26 de octubre al domingo 27 de octubre asistamos a la antepenúltima vez que en España se ajuste la hora retrasándola (a las 3:00 horas pasarán a ser las 2:00 horas), dando inicio al horario de invierno.
Dentro de dos años, concretamente el 25 de octubre de 2026, podría ser la última vez en la que los españoles atrasen sus relojes; es decir la transición entre horario de verano e invierno podría tocar a su fin, debiendo decidirse si se adopta un horario fijo, ya sea el de verano o el de invierno. El Boletín Oficial del Estado publicó en marzo del pasado año que 2026 podría ser el último año en el que se realice ese ajuste.
El cambio de hora se realiza en España desde 1974, adelantándola a finales del mes de marzo y, por tanto, adoptando el horario de verano y atrasándola a finales del mes de octubre instaurando el horario de invierno. La causa que originó este circunstancia fue la crisis del petróleo de 1973 y con ello se intentaba maximizar el uso de la luz solar y reducir costes energéticos.
Este hecho fue a consecuencia de la decisión que tomaron los países de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) el 16 de octubre de 1973 de restringir la exportación de petróleo a las naciones que habían apoyado a Israel durante la guerra del Yom Kipur, que los enfrentaba a Egipto, lo que provocó en el caso particular de España en una caída de más de un 3% en la renta nacional, la aceleración de la inflación en un 17% y una perdida acusada del Producto Interior Bruto (PIB).
Debate
Pero en los últimos años en el seno de la Unión Europea el cambio horario ha sido motivo de intenso debate. Mientras que los defensores sustentan la continuidad de la medida en razones económicas, los detractores argumentan razones de salud que inciden negativamente en la población para que se ponga punto y final a estos cambios.
Según informes de organismos energéticos la adecuación de la hora propicia un ahorro de energía del 5% en el consumo total. En cambio, autoridades médicas indican que influye perjudicialmente en el ritmo biológico y fisiológico, alterando la segregación hormonal o trastocando el ciclo circadiano del sueño.
En 2018 la Comisión Europea decidió acabar en 2026 con el cambio de hora unificado, dando libertad a que cada país miembro establezca su preferencia horaria. Sin embargo, nadie prevé que ocurrirá a partir de esa fecha y es ya ‘vox populi’ que cualquier decisión deberá contar con un amplio respaldo de todos los países miembros de la Unión Europea, de sus gobiernos y de la mayoría de la ciudadanía, para que se haga de una forma lo más coordinada y uniforme posible.
Orígenes
En España hasta finales del siglo XIX había casi tantos husos horarios como provincias, siendo el sol quien fijaba la hora. Pero sería en 1900 cuando se decretó la unificación horaria en toda España, incluida las Islas Canarias, estableciéndola con el meridiano de Greenwich, aunque éstas pasarían a tener una hora menos en 1922.
En 1918 se produjo el primer cambio de hora en España, pero con diversas interrupciones entre los años 1920 y 1925 y entre 1930 y 1936.
Tras la finalización de la Guerra Civil, en 1940 el gobierno de Franco decretó que España tuviese la misma hora que sus aliados, Alemania e Italia. Sin embargo, de 1950 a 1973 la hora de verano dejó de aplicarse. Pero como consecuencia de la crisis energética y del desmesurado aumento de los precios del petróleo a finales de 1973, el horario de verano se estableció en muchos países, España entre ellos, para impulsar el ahorro energético.
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