El 24 de octubre de 1945, la ONU, Organización de las Naciones Unidas, empezó a existir formalmente tras la ratificación de su Carta fundacional por parte de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad: Estados Unidos, la Unión Soviética, Reino Unido, China y Francia. Estos países, junto con la mayoría de los otros 46 signatarios iniciales, crearon una organización que buscaba evitar una repetición de los horrores vividos durante las dos guerras mundiales.
El contexto histórico no podía ser más crítico. Europa estaba en ruinas, con millones de muertos, ciudades devastadas y economías colapsadas. La humanidad había sido testigo del genocidio nazi y del uso devastador de la bomba atómica. Ante este panorama, la ONU se alzó como un faro de esperanza para encauzar los conflictos mediante el diálogo y la diplomacia, evitando así el uso de la fuerza.
El rol de España en el nacimiento de la ONU Aunque hoy España es un miembro destacado de la ONU, su relación con la organización en sus primeros años fue complicada. En 1945, España no participó en la fundación de la ONU debido al régimen dictatorial de Francisco Franco. El país estaba políticamente aislado tras la Segunda Guerra Mundial, ya que su régimen autoritario no estaba alineado con los valores democráticos y de derechos humanos que la ONU promovía. De hecho, en 1946, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución que recomendaba la exclusión de España de todas las organizaciones internacionales.
No fue hasta 1955, diez años después de la creación de la ONU y tras varias negociaciones diplomáticas, cuando España fue admitida como miembro de pleno derecho. A partir de ese momento, el país comenzó a desempeñar un papel cada vez más activo en la organización, participando en diversas misiones de paz y contribuyendo al debate global sobre derechos humanos y desarrollo.
Los pilares fundamentales de la ONU
Desde su fundación, la ONU se ha estructurado en torno a varios órganos principales: la Asamblea General, el Consejo de Seguridad, la Corte Internacional de Justicia y la Secretaría General. Cada uno de estos órganos tiene funciones específicas que abordan diferentes aspectos de la gobernanza mundial.
El Consejo de Seguridad, compuesto por 15 miembros, cinco de los cuales son permanentes y tienen derecho de veto, es el encargado de mantener la paz y la seguridad internacionales. Es este órgano el que puede autorizar el uso de la fuerza en conflictos, imponer sanciones o desplegar misiones de paz en regiones en crisis.
Por su parte, la Asamblea General es el foro donde se debaten los principales temas internacionales, con la participación de todos los países miembros. Aunque las decisiones de la Asamblea no son vinculantes, tienen un gran peso político y simbólico. En este espacio, España ha jugado un papel activo promoviendo iniciativas relacionadas con la igualdad de género, la lucha contra el cambio climático y la mediación en conflictos.
La Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya, se encarga de resolver disputas entre países y ofrecer dictámenes sobre cuestiones legales internacionales, mientras que la Secretaría General, liderada actualmente por António Guterres, coordina las actividades de la ONU a nivel operativo y diplomático.
Los retos de la ONU en el siglo XXI A lo largo de los años, la ONU ha logrado importantes victorias, como la creación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la promoción de los derechos humanos a través de la Declaración Universal de Derechos Humanos y la movilización de fuerzas de paz en más de 70 misiones en todo el mundo.
Sin embargo, no todo ha sido un camino fácil. La ONU ha sido criticada en numerosas ocasiones por su incapacidad para prevenir conflictos o intervenir de manera eficaz. El veto en el Consejo de Seguridad por parte de las grandes potencias ha bloqueado intervenciones en conflictos críticos, como la guerra civil en Siria o la invasión de Ucrania por parte de Rusia.
Otro de los grandes retos que enfrenta la ONU en la actualidad es el cambio climático. Aunque ha sido una plataforma clave para la creación de acuerdos como el Acuerdo de París en 2015, muchos críticos argumentan que las medidas adoptadas hasta ahora no son suficientes para frenar el calentamiento global.
Además, la creciente desigualdad global y el impacto de la pandemia de COVID-19 han puesto en jaque los sistemas de salud y las economías de muchos países. La ONU ha desempeñado un papel crucial en la distribución de vacunas y en la promoción de políticas para la recuperación económica, pero aún queda mucho por hacer.
El papel de España en la ONU hoy España ha pasado de estar marginada de la ONU en sus inicios a ser un actor comprometido en sus diferentes organismos. El país ha participado activamente en misiones de paz, como en Kosovo, Líbano y Haití, y ha sido un defensor clave de la igualdad de género y los derechos humanos. Además, ha colaborado en la agenda de desarrollo sostenible y ha sido un promotor de la mediación en conflictos internacionales.
Hoy, la ONU sigue siendo una plataforma imprescindible para enfrentar los desafíos globales. Aunque imperfecta, es el único foro donde todas las naciones del mundo tienen voz. En un momento en que el multilateralismo está en crisis, la relevancia de la ONU es más crucial que nunca. El 24 de octubre de 2024, se conmemoran 79 años de esfuerzos continuos para mantener la paz y la seguridad, promover los derechos humanos y enfrentar los retos globales.
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