Las personas que han sufrido los abusos sexuales por parte, en este caso, del hasta ahora diputado de PODEMOS (hoy agarradito SUMAR), señor ERREJÓN, lo mínimo que podrían esperar de sus plebeyos jefes de filas (señora Yolanda Díaz), es la dimisión inmediata.
Esa señora tenía conocimiento y se escuda en terceras personas, a las que luego no se preocupó de seguir sus actuaciones.
LA VIOLENCIA DE GÉNERO..., cuando por medio está el riesgo de perder PODER y DINERO, pasa a segundo plano..., que se aguanten, se limpien y que procuren no hablar demasiado para no perjudicar al grupo político.
Vergüenza, señora doña YOLANDA DÍAZ, vergüenza; el último hombre o mujer, pobre, sencillo, trabajador y socialmente educado, ante estos hechos ya se hubieran levantado exigiendo justicia y responsabilidad.
Por mucho menos, políticos serios de VERDAD, con DIGNIDAD SOCIAL RESPONSABLE, ya hubieran DIMITIDO, pidiendo perdón por la DEJADEZ INTERESADA.
Como mujer, en este caso, parece ser que la vergonzosa agresión sexual no tiene tanta transcendencia.
¿Esto es un Gobierno? ¿Esta persona puede seguir siendo VICEPRESIDENTA?; la agredida sexualmente que procure disimular y al tiempo, sin demasiadas algaradas, separemos al señor ERREJÓN.
Y nos escandalizamos porque se perdone a los asesinos de ETA... señora VICEPRESIDENTA DEL GOBIERNO DE ESPAÑA, es usted la HIPOCRESÍA FARISÁICA EN PERSONA. ¡DIMITA, CON LA CABEZA ALTA, CON DIGNIDAD, PIDIENDO PERDÓN!
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