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Las ratas saltan del barco cuando ven que sube el nivel del agua. El “aniñado” Errejon ha sido un aventajado y un vividor, además de señorito unos días y niño-pijo otros: compruebo que cobraba alrededor de 2.000 € de la Universidad de Málaga; eso sí, sin trabajar y sin asistir a las clases como quedó demostrado, aunque él lo justificó a su manera.
Las personas que han sufrido los abusos sexuales por parte, en este caso, del hasta ahora diputado de Podemos (hoy agarradito Sumar), señor Errejón, lo mínimo que podrían esperar de sus plebeyos jefes de filas (señora Yolanda Díaz), es la dimisión inmediata.
Después de leer la denuncia de la actriz Elisa Mouliaá contra Iñigo Errejón cabe preguntarnos si el consentimiento razonado como “solo sí es sí” tiene sentido y validez jurídica. Parece que la relación fugaz de ese día entre la actriz y el político iba de aceptar las condiciones impuestas por el hombre como si de un juego se tratara. Pero ¿dónde acaba el juego y dónde empieza un comportamiento no deseado?
El feminismo «es otra pancarta más que se les ha caído», en palabras de la presidenta, Díaz Ayuso. La moralidad de la izquierda está destrozada y es irreparable. Resulta que ni siquiera existía, tan solo era una careta o antifaz para tapar la indecencia, la indignidad y el vacío. ¿Qué es el feminismo español? Pues es eso mismo, el ejemplo de Errejón; es decir, la falsedad y la hipocresía frente a las palabras de cara al ignorante e insensato votante.
El incremento de agresiones sexuales es imparable. Solo el primer trimestre de 2023 se incrementó hasta en un 3.8% con respecto a las cifras del mismo periodo del año anterior. Sin embargo, es un delito que está infra denunciado. Según los datos, sólo el 11% de las violaciones tienen denuncia cursada y, en muchos casos, tiene que ver con el desconocimiento de la víctima sobre cómo actuar.
La libertad sexual y la intimidad personal son derechos básicos constitucionales y, como tales, no pueden ser vulnerados en ningún caso. En esta materia, el consentimiento y la voluntad de las personas que participan en el acto sexual son cruciales para determinar si ha habido una agresión sexual.
Ante el incremento de delitos sexuales cometidos por menores y adolescentes “¿qué es necesario hacer?” Desde la FAD (Centro Reina Sofía Juventud) lo tienen claro: concienciarlos desde pequeños y hacer talleres prácticos para que los adolescentes entiendan qué es la intimidad”
Andaba yo preguntándome qué es lo que está ocurriendo en nuestra sociedad para que se muestre tan insensible ante noticias tan alarmantes como las de que en un colegio de Cáceres tres compañeros de clase de ¡seis años! han agredido sexualmente a una niña de la misma edad o que se ha utilizado la Inteligencia Artificial mediante una app para que un grupo de menores de Almendralejo (Badajoz) hayan desnudado virtualmente a sus compañeras.
La sociedad en general es consciente que las violaciones en grupo empezaron a verse en hombres adultos para descender hasta los menores de edad. Es un diagnóstico correcto que no se sabe cómo corregirlo porque esencialmente es un problema espiritual que no se sabe cómo afrontarlo.
Cuando empiezo a escribir este artículo compruebo que ya son 391 las personas que se han beneficiado de la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual. Para ser más precisos: ese es el número de delincuentes sexuales condenados que ya han encontrado rentabilidad y provecho en la tan manida Ley Montero o del «Solo sí es sí». Bien es verdad que no solo ella es la culpable del desaguisado, sino que lo es todo el Gobierno que la aprobó en Consejo de ministros.
Un total de 3.196 personas fueron condenadas por delitos sexuales en 2021, lo que supuso un 34,6% más que el año anterior y un 18% superior a 2019, previo a la pandemia de covid-19, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Según los datos dados a conocer por la Junta de Seguridad de Barcelona a primeros de febrero de 2022, los delitos sexuales han crecido un 36%. El balance que hace el Ministerio de Interior que afecta a toda España es el incremento espectacular de agresiones sexuales. “La policía se sorprende no solo del aumento de casos sino también del nivel de brutalidad de muchas de las agresiones y del elevado número de menores que actúan como violadores".
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