Las ratas saltan del barco cuando ven que sube el nivel del agua. El “aniñado” Errejón ha sido un aventajado y un vividor, además de señorito unos días y niño-pijo otros: compruebo que cobraba alrededor de 2.000 € de la Universidad de Málaga; eso sí, sin trabajar y sin asistir a las clases como quedó demostrado, aunque él lo justificó a su manera.
Tras aquel atropello y patadón a un jubilado que padecía cáncer, ahora sale lo de las agresiones sexuales. Esto parece que era la nueva política defendida por la ultraizquierda “calamar”. Confieso que los políticos ultras dejan de ser personas fiables a la primera de cambio. No tardan en ajustarse a la dejadez, que acaba siendo algo habitual. Son actores tras los papeles que representan.
Representan la gran farsa social. Y esa mascarada se extiende a muchos aspectos más: si existen ya dos denuncias de agresión sexual ante la Policía, ¿porqué el señorito Errejón no está arrestado, tal y como ocurre en todos los casos de violencia de género? ¿Por qué esos privilegios, si algunos actos de maltrato se conocían desde 2021? ¿Acaso no sabe el juez que ha dejado de ser diputado?
Mucho hablar del patriarcado, heteropatriarcado y todas esas absurdeces intranscendentes y paranoicas de las que cualquier persona con dos dedos de frente no hace ni caso. El patriarcado, y el modelo liberal al que tanto se ataca y critica desde la ultraizquierda, son lo que son, igual que la tentación del latrocinio: unos meten mano en el zurrón y otros cultivan la ética de la educación y la honradez, y no lo hacen. Ya se sabe que el nivel de honradez, los gustos y el trasero, cada uno tiene lo suyo; lo mismo pasa con la educación y con los valores.
Las declaraciones de las representantes de Sumar, Más Madrid, Más País y Podemos no se las cree nadie. Medio mundo sabía que se ocultaba toda esa porquería que ahora sale a la luz. El caso es que doña Yolanda “cohete”, alias “la biquiños”, ha acabado de hundir en el fango a Sumar, algo que agradecerá el felón de Moncloa porque han sido tres días de descanso y de no zurrar la badana a Begoña “Pelela” Gómez y de apuntar a los integrantes de la trama que conforman la mano negra dentro de la “Cosa Nostra” para la corrupción socialista. A propósito de los silencios y las falsas declaraciones del trío fantasioso que dio la rueda de prensa sobre Errejón (Maestre, García y Bergerot) me viene a la mente lo expuesto por Margaret Thatcher sobre la destructora y vengativa ultraizquierda: «Un comunista cuando habla, miente; cuando calla, encubre; cuando tiene poder, roba; cuando pierde el poder, destruye. Así han construido su historia».
Las fechorías, maltratos y agresiones de Errejón no son nuevas. Las feministas se escondían detrás de las escobas, las batucadas, las ayuditas y los chiringuitos subvencionados para evitar hablar, como si existiera un pacto de silencio encubridor. ¿Se imaginan qué hubiera sucedido si el agresor hubiera sido de la derechita cobarde o de la otra derecha menos centrada? Pueden estar seguros que hubieran hervido las calles, trasnochado las batucadas, ardido los contenedores y condenado a galeras el agresor. Pero como es comunista de ultraizquierda… a seguir cabalgando.
La sarta de tonterías de estos políticos de laboratorio se ha caído por su propio peso. Tal vez, una de las cuestiones más graves es que el ministro de Interior no se ha enterado de nada, o al menos eso dice. Ya nadie cree a esa tropa mentirosa y fraudulenta capaz de vandalizar España, a la vez que reprime a la ciudadanía. Tras los días de tranquilidad de Begoña, Aldama y Koldo, así como de hacer el indio por la India --o el hindú, si lo prefieren-- con lo que no contaba el Gobierno era con la ratificación ante notario de un socio de Aldama. No hay dudas de que los euros entraban en Ferraz a paladas, posiblemente tantos como el caos y desorganización que ha demostrado el Gobierno con la DANA en Valencia y el abandono, durante tres días, mientras se divertía con su presunta corrompida en la India, también dada a la malversación y a la apropiación indebida (robo con matices para un juez, no para la ciudadanía).
No recuerdo ninguna autoacusación de un político que, siendo diputado y portavoz de un grupo parlamentario, haya admitido sus agresiones, así como que todo en él era mentira, una farsa de personaje y una aberración confesada. Íñigo confesó que la mentira era él. No entro en lo de la persona y el personaje porque lo considero una sandez de grueso calibre. No hay personajes distintos a la persona, salvo en el teatro. Si lo que pretende Errejón es buscar un atenuante con esa dicotomía de personaje y persona, muy torpe ha de ser el juez para aceptarlo.
La ultraizquierda se protege por los cuatro costados: se hacen los locos desde Tania Sánchez hasta Yolanda Díaz, pasando por Bergerot, Rita Maestre, Mónica García… Cuenta la tal Tania Sánchez que no quisieron dar importancia a la primera denuncia sobre Errejón, lo que quiere decir que ha habido más de una, que las ha habido. "Nos valía la pena, era un gran valor político", continúa diciendo la que dice ser feminista. Han hecho del feminismo una profesión bien remunerada para muchos que no tenían sueldo ni ayudita; ahora tienen todo eso y más.
Lo que no entiendo es que pensaran que “era un gran valor político” (Errejón). Considera la ultraizquierda un valor al niño-‘Milhouse’. ¿Qué son los valores para esta gente? ¿Mantener el sillón, el sueldo, las prebendas y la inmunidad? Vaya, por fin la izquierda extrema ha dicho la verdad y se ha quitado la careta. SI no entendieron antes las palabras de Thatcher, ¿entienden ahora a qué llaman “valores” los comunistas ultras? Y como el comunismo y el socialismo son primos carnales, que cada cual piense en las similitudes que considere.
¿Cómo puede ser que no lo supiera el mismo personaje político que encubrió a Santalices durante tres años hasta que lo denunciaron los compañeros comunistas? ¿Espera doña Yolanda “cohete” que creamos sus planteamientos? Pero si lo sabían infinidad de periodistas, diputados, analistas políticos y medio Madrid. Dice Urtasun que han fallado los protocolos; lo que ha fallado ha sido la responsabilidad de la ultraizquierda y las personas que anhelaban seguir en el poder a toda costa, como el felón mentiroso de Moncloa, a quien también le salpicará.
El autoinculpado se ha visto acorralado por lo sucedido y los acontecimientos inmediatos, por eso ha cantado. No tenía sustento posible para sobrevivir políticamente a ello. Del mismo modo, que las falsas feministas han salido a la rueda de prensa.
Muy grave es el hecho de que quisieran ocultarlo, como ahora han intentado quitar hierro a la cuestión. Falsas, muy falsas. Mentirosas, muy mentirosas. Yolanda Díaz no puede volver a hablar de apoyo a las víctimas, cuando ella misma ocultó todo lo que hizo Errejón, y durante años el material pornográfico de Santalices, que vuelve a estar de actualidad gracias a doña Yoli.
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