Hace tiempo, ya tiempo, demasiado tiempo pensé que existían distintos vectores, baremos, nombres, terminologías en las distintos tipos de alertas y avisos por fenómenos naturales.
Existen distintos sistemas y escalas por/para seísmos o terremotos, por/para huracanes, por/para peligros de lluvias –como hemos visto estos días-, y, por/para otras catástrofes. Y la idea que me surgió y la pregunta es la siguiente: ¿no sería mejor y más conveniente y más didáctico y más pedagógico y más eficiente, poner una medida universal, o al menos europea o al menos española para todo? Para que sea más fácil y perceptivo e intuible el valor de gravedad de un presunto fenómeno negativo natural o social.
En vez de que para los terremotos una medida o norma, y, para los maremotos otros, y, para los huracanes otro, y, para las tormentas o DANAS otro, y, para las decenas de realidades que existen, uno para cada sector. Me pregunto y les pregunto a los expertos y especialistas, “no sería mejor situar uno”, y, así todo el mundo entendiese, sea el que sea.
Dicho de otro modo, los actuales sistemas de cada sector continúen y los perfeccionen científica y tecnológicamente, pero después exista una traducción a nivel universal. En estos días –no sé cuándo publicaré este artículo-, se ha indicado que en la DANA estábamos en el nivel rojo. Es decir, en este caso la escala es por colores, pero yo personalmente, no sé, me imagino que el rojo es el grado peor o el mayor peligro, pero no estoy seguro –aparte que si las personas sabían o conocían el concepto de “gota fría”, y, saben a lo que se atienen, porque han estado sabiéndolo durante lustros, ahora por las razones científicas y técnicas y tecnológicas que sean se ha cambiado al nuevo concepto de DANA, me digo yo, como valor pedagógico, pues podrían utilizar de momento los dos palabras y realidades e ideas y conceptos. Creo que eso sirve mucho para entender la realidad y de haber entendido-comprendido mejor el peligro real y potencial existente y por anticipado...
Decíamos que “las nomenclaturas o escalas o terminologías” de cada sector o de cada alarma o de cada aviso, de cada realidad, si desean, porque es más científico, pues continúe la escala Richter de los terremotos, por poner un caso o ejemplo. Pero que después, todas se traduzcan a un valor universal, que puede ser por letras o por números… Pongamos por caso, el peligro del uno al cinco, o del uno al diez. Donde uno, es el peligro más suave y el cinco el mayor peligro o ya casi catástrofe… Y, todo se traduzca a esa escala, y, la población ya sepa, que cuándo se le indica que tal fenómeno o realidad o peligro equis o zeta o uve doble, es decir, un posible seísmo, un posible maremoto, un posible huracán, un posible incendio, un posible lo que sea… que tiene una escala concreta, que es más científica, pero se traduce a un lenguaje universal de alarma o aviso, tiene el valor de tres, en una escala, que es del uno al cinco, ya todo el mundo sabrá, o se le puede enseñar y educar, que es tres es un peligro grave o medio. Y, ya, todo el mundo puede saber, puede entender, puede comprender que está en un peligro medio, con lo cual hay que tenerlo en cuenta…
Bueno, si ustedes observan este artículo periodístico, no he querido hacerlo demasiado erudito, primero, porque no sé lo suficiente, pero si podría haber mirado las distintas escalas de peligrosidad y de aviso, nacionales o internacionales, ante las diversas catástrofes reales y potenciales que existen… para los huracanes o tifones, para los seísmos, para los maremotos, para las tormentas, para los incendios, para cualquier otra catástrofe potencial o posible o real o hipotética… Podría haber situado aquí nombres y escalas. Pero no lo he hecho, no lo voy a hacer, porque precisamente, quiero y he querido redactar una columna periodística de opinión, simple y modesta. Solo una idea, solo un concepto, y, lo lanzo al aire, para que los expertos lo perfeccionen, lo analicen, lo critiquen, lo ponderen, lo maticen, lo evalúen…
La prueba es que en el actual acontecimiento trágico de la DANA, a día de hoy, no conocemos las personas fallecidas totales todavía, ni siquiera, conocemos los gastos económicos que supondrá, ni siquiera lo que afectará al PIB nacional, etc. Y, todo el sufrimiento que ha caído a los ojos y a las almas de millones de personas, pues el nivel de alerta roja, que supongo es el más grave, ni siquiera estamos seguros, si existe otra escala o nivel o escalón aún más grave.
La razón anterior es una prueba evidente, que la idea o sugerencia o concepto que expreso, debe ser estudiado, y, crearse una “escala de alerta y avisos universales”, o al menos española, para todos los fenómenos catastróficos posibles, y, que sea aplicable a cualquier fenómeno potencial negativo. Y, así, las personas pueden calcular el riesgo, o al menos, el nivel de riesgo más aproximado… Espero que este modesto artículo llegue a los especialistas y éstos lo perfeccionen y lo evalúen y lo valoren y lo aprueben.
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