Valencia... no fueron sólo los bienes materiales los que hubo. Fueron recuerdos, historias, rutinas, pero también formaron muchas vidas llevadas. A los hermanos valencianos de España, mis más profundos y sinceros deseos de paz, restablecimiento de sus vidas y prosperidad. La calamidad es un evento que no le deseamos a nadie. Mi más sentido pésame, permanezco en oración y enviando pensamientos positivos para que todos ustedes puedan restablecer sus caminos.
Sé que después del amanecer siempre sale el sol. ¡Esperanza y fuerza mis amigos! Aguanta, porque no siempre podremos contar con la ayuda que necesitamos en estos momentos, hará falta mucha fuerza interior. Es un momento muy difícil, ¡pero aguanta!
Que todas las casas, edificios, vehículos y demás bienes que fueron arrasados y perdidos por las inundaciones sean reconstruidos con más fuerza, resistencia y vigor. Fue muy noble ver tanta gente de buen corazón en una gran red de solidaridad por el bien común, ¡aún hay esperanza en la humanidad! El mundo viene pasando días convulsos y llenos de aflicciones y en medio de tantas cruzadas, los valencianos fueron sorprendidos por este intenso suceso, ¡una gran fatalidad! Es fantástico ver a tanta gente mayor y joven dedicando su tiempo a limpiar las calles. Es también noble ver a varias madres, abuelas y abuelos abriendo las puertas de sus hogares – de sus cocinas, de sus garajes, poniendo a disposición lo que tienen para servir en una gran operación de fraternidad, solidaridad y ayuda. Es la esperanza que hay dentro de las personas la que marca la diferencia en las vidas de tantas personas anónimas. ¡Vendrán días mejores!
Presta mucha atención, en un momento de gran angustia, tensión y dolor, no hay nadie que te pregunte qué cargo ocupas, si eres rico o pobre, si tienes religión o no, lo que quieres es salvar tu vida y luego entregar un apretón de manos o un abrazo por haberlo logrado. Son momentos que llevamos para siempre -es una imagen que queda- el del que extendió las manos, el que tiró la cuerda, el que rompió el cristal del coche, el que se lanzó a la corriente sin pensarlo dos veces , sólo para salvar, en una intensa inundación, la vida de una persona anónima.
En este momento rindo pleno homenaje a las miles de personas anónimas que salvaron vidas y a quienes perdieron la vida para salvar otras vidas, ¡nuestro respeto total!
Que la luz del sol ilumine las vidas de todos los ciudadanos que viven en regiones afectadas y amenazadas. Ha llegado el momento de recuperar la fuerza interior, son días delicados. Pero lo que fortalece es ver en los periódicos y vídeos españoles las muchas ganas de servir y ayudar. Hay innumerables personas anónimas cogidas de la mano de desconocidos, hay personas conocidas cogidas de la mano de desconocidos abriendo las puertas de la fraternidad entre ellos!
Me quedo con el pensamiento aquí en Brasil deseando la Victoria plena y absoluta ante esta prueba colectiva. Escribo frecuentemente a este país tan único, especial y al que tengo un profundo respeto, Amada España. Fue como si perdiera el ritmo de la escritura, la inspiración para entregarles un mensaje sencillo. Esta es mi sencilla colaboración que destino para todos ustedes, estoy del otro lado del Atlántico, pero estoy en sentimientos.
Felicitaciones por el compromiso de todos sin distinción – es todo para todos – Es digno de ver la dedicación en esta gran y desafiante empresa. Nuestro planeta se encuentra en un tránsito intenso y decisivo ante muchos acontecimientos que no han hecho más que intensificarse. Necesitaremos de todos, simplemente para fortalecernos de cara a lo que está por venir, al fin y al cabo no sabemos con certeza cómo serán nuestros próximos años hasta el 2030.
Hay muchos rostros familiares y anónimos que pueden estar llorando, pero desearíamos tener suficientes pañuelos para secarlas. Hará falta mucha fraternidad para secarnos las lágrimas unos a otros, porque a falta de pañuelos, los secaremos con nuestras propias manos. Créanme, esta será la manera en que los seres humanos tendrán la oportunidad de acercarse unos a otros, ¡ante tanta separación en estos días! Agárrate fuerte, confía, la ayuda llegará aunque venga de tu interior, ¡confía!
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