En 2020 se realizó la película documental titulada Anatomía de un Dandy, que se refería a la biografía del escritor y articulista Francisco Umbral. Codirigida por Charlie Arnaiz y Alberto Ortega, es una película documental donde de intervienen trozos de la biografía del escritor, comentarios de amigos y de su esposa… A mi modo de ver, pienso y opino y creo que cualquier escritor, cualquier persona tiene sus luces y sus sombras, sus negruras y sus blancuras, sus colores y sus negros, cierto en proporciones diferentes y en diversos temas. Umbral no es una excepción, dentro de las limitaciones y debilidades de su época y tiempo, dentro de las debilidades y limitaciones de su existencia personal familiar.
Por consecuencia, si nos situamos en una posición rígida y muy restringida y muy perfeccionista, no podríamos hacer o realizar ninguna biografía o ningún documental o ninguna película documental sobre casi ningún hombre o mujer de la cultura, porque todos y todas en mayor grado o en menor, tienen heridas y traumas profundas, salvo excepciones, todos tienen supuraciones que no producen mímesis o imitación o son valiosos según los valores humanos.
Umbral es un gran escritor, con algunas grandes heridas, una de ellas, es su infancia, otra, es la muerte de su hijo, Pincho, y, existen otras. Escogió un oficio enormemente difícil, o fue escogido por una profesión enormemente difícil. Vivir y sobrevivir de la literatura es enormemente complejo. Estar y ser en la literatura, hoy y, más ayer, en sus tiempos, es enormemente complejo y difícil y poliédrico. No voy a indicar yo, que todas las facetas de Umbral, son ejemplares, quizás, para mi gusto, era demasiado hipercrítico hacia otras personas, quizás los principios morales y éticos, estaban, algunos, desdibujados, para mi opinión. Pero no podemos negar que es un gran escritor, aunque no estemos de acuerdo con todas sus ideas. Es tiempo que lo saquemos ya del purgatorio de los escritores, que se produce al fallecer. Creo que Umbral es el Quevedo de nuestro tiempo…
En el siglo de Oro se produjo, entre varios de los grandes escritores de esta época, enormes desavenencias. Hoy, a casi todos los reconocemos como las grandes figuras de nuestro país, no hay que citarlos, ni mencionarlos. Quizás, hoy la literatura siga siendo, lo que ellos inventaron: unos son o somos cervantistas, otros son o somos quevedianos, aquellos son o somos más gongorinos, o son o somos más lopeanos, o somos o son más calderonianos. Todos tuvieron sus luces y sus sombras, todos estuvieron en algunos parámetros muy altos a nivel positivo, otros, estuvieron en algunos muy bajos. Quizás, como no tenemos suficiente documentación no podemos, ni debemos juzgarlos, pero del presente si se saben muchos datos. Y, por eso, ahora las figuras de las personas, también de los escritores son y son más complejas…
No sé, como se valoraran los escritores de hoy, de estos últimos cincuenta años dentro de un siglo o de dos. No sé, como interferirá la Inteligencia Artificial, que será un nuevo elemento que será capaz de estudiar y analizar la realidad literaria, y, quizás, junto con los Big Data, sean o seamos capaces de descubrir nuevos nichos de literatos, que en su presente, estuvieron olvidados, pero que esos sistemas los puedan hacer resucitar literariamente, no sé, dentro de dos siglos qué parámetros existirán de lo que es bello literario y lo que es verídico y verdadero y esencial y profundo… Por tanto, no sé qué lugar tendrán todos los escribientes que desde hace ochenta años han estado floreciendo en nuestro suelo y sueño hispánico, tampoco sé, qué obras y cómo se valoraran. Porque al final, el pasado se mide con los ojos de cada presente, y, cada presente con los ojos del pasado y del futuro o futurible futuro.
Creo que hay que rescatar a Umbral, del olvido progresivo en que está cayendo. Al final, cada persona tiene una mirada en su ser y su estar y en la historia y en su tiempo. Un escritor o escritora o un artista sea del arte que sea, y, la literatura es arte, y, el arte es también literatura, nos presenta realidades existenciales y vivenciales. Miramos y analizamos su mirada. La literatura no es ciencia, los libros de literatura, independiente del género, no son manuales de ciencia, son mezclas de algo y de todo, de todos los saberes… Creo que Umbral, debe ser recogido otra vez, que no se apague su voz totalmente, reitero no todo es bueno, pero no todo es bueno de nadie. Quizás, algunos mensajes y algunas formas de presentar el mensaje no son totalmente verídicas, ni suficientemente morales. Pero debemos aceptar la debilidad de los hombres. Debemos aprender de los defectos y limitaciones de los demás para no volver a cometerlos nosotros.
Creo que de Umbral, alguno de sus libros, cada uno tiene los suyos, alguno de ellos, pasará a la historia de la literatura hispánica, como de los grandes, y, creo que como articulista de opinión, ya es uno de los diez más importantes de estos tres últimos siglos. A veces, he pensado y he escrito, que si se reúnen unos mil o dos mil artículos de Umbral, y, se publican uno detrás de otro, como una especie de novela, es una versión de En Busca del Tiempo Perdido, porque nos narran cientos de personajes, cientos de situaciones, cientos de temas. Todos los artículos de Umbral, miles, no se ponen de acuerdo los especialistas en cuántos, son una gran Comedia Humana o unos Episodios Nacionales o una Búsqueda del Espacio/Tiempo Perdido…
Umbral, nos presenta y representa, un lado del ser humano. Nadie puede negarlo. Esta película documental, nos muestra, que Umbral como ser humano, también tenía una dimensión de dolor, dolor muy profundo. La pérdida de un hijo es o debe ser, una tragedia homérica. Tragedia que ocurre, en más familias de las que pensamos… Eso hace la literatura mostrarnos aspectos que todos o casi todos vivimos y convivimos. La literatura es un gran espejo, Umbral es un gran espejo que nos refleja más de lo que quisiéramos, por eso, para muchos, no les agrada esta figura y persona y personaje, porque al final, Umbral hizo un personaje de sí mismo, un actor, un dandy, en medio del mundo…
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