La realidad de la vida es muy parecida al funcionamiento de las grandes superficies comerciales: “tres por dos”. Cada tres años de calendario TU VIDA pierde UNO. Es una realidad “propia del buen Sancho Panza”. Soy servidor de “caballero andante” y mi tiempo es parte de mi pernada.
No echemos la culpa a nadie. Cada escalón es un esfuerzo; subir de tres en tres es un riesgo, y escalar sin saber es estrellarse.
Hoy cumplí ochenta y dos años; según esa regla siempre demostrada, he perdido veintisiete. Se los debo, primero a mi familia, segundo a mis amigos, tercero a mi FE..., por eso, de honrados es ser sincero, PIDO PERDÓN; sinceramente, SIENTO NO HABER DEVUELTO TANTAS COSAS BUENAS QUE RECIBÍ.
Doy un abrazo a todos y en el poco tiempo que me resta, no juramento, ni prometo, sino simplemente os digo que me esforzaré en daros “un algo, de tanto que me distéis”.
¡Hermano Rafael!, San Rafael Arnaiz, como decía tu sobrina Rosa Elena: “tengo muchas ganas de verte, pero déjame un rato más con todos mis seres queridos”.
Jesús, Señor; María, Madre... que vuestra voluntad me acompañe.
Un abrazo a todos.
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