El problema de zona catastrófica de los territorios afectados por la DANA, es que el papel lo aguanta todo y que el Gobierno tiene en su haber un histórico que invita a sospechar. Ojalá las ayudas lleguen, lleguen pronto y esto solo sea el comienzo de un plan sostenido en el tiempo que aborde de manera integral la reconstrucción de lo que la DANA se ha llevado por delante. En La Palma todavía hay gente viviendo en autocaravanas y gente que sigue esperando las ayudas prometidas y que nunca llegaron. Esperemos que esta no sea otra operación cosmética más, sometida a cambios de opinión e incumplimientos, cosa que sería insoportable de manera especial para los afectados. Tras la tardía y errática gestión política de la catástrofe, está en juego no volver a fallar a quienes lo han perdido todo y, por desgracia, apenas esperan ya algo de quienes los gobiernan.
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