El paleto, plagiador de tesis y libros, paladín de la mentira y de la traición a la patria, Pedro Sánchez Pérez-Castejón, no contento con la profanación y caprichoso destino que en Octubre de 2019 dio al ataúd del general Franco, con profusa publicidad en contra de lo prometido, ha decidido (para intentar tapar sus innumerables vergüenzas) volver sobre el mismo personaje, pretendiendo anular, de facto, el multitudinario acuerdo de todos los españoles que votamos con un porcentaje del 87,87% la aprobación de la Constitución del 6 de Diciembre de 1978, con el deseo de vivir en paz.
Ahora pretende llamar franquistas a la gran mayoría de personas que estamos descontentos de su política nefasta, creyendo que vamos a caer en su nueva trampa. Pues que se ate bien lo machos (es un decir) porque el pueblo no es tan tonto como él, Bolaños, Marichú y sus mil asesores bien pagados creen.
Franco es un añejo pasado como Largo Caballero o la Pasionaria. Sin embargo, los miles de muertos que dejó la pandemia, muchos de ellos por dejación de funciones de su gobierno, son una herida reciente aún abierta, que no debemos olvidar.
Y que se deje de prometer viviendas, porque con todas las que ha hecho su gobierno ¡ya no tenemos suelo suficiente!
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